12 octubre 2011

La hora de la organización

¿La oposición se hace los rulos con la “reelección”?

Por Lido Iacomini*

Radicales y binneristas discuten ante una eventual reforma constitucional que le abra las puertas a la reelección de Cristina en el 2015. Debate amorfo que se desenvuelve frente al más absoluto silencio e indiferencia presidencial. ¿Mera disputa por el segundo lugar en las elecciones del 23 de Octubre? ¿ O aplastante desencanto ante el derrotismo que los invade?

Agotados los intentos de encontrar una vía que esmerile el creciente apoyo que encuentra la candidatura de Cristina para su reelección actual, pareciera que su preocupación principal se traslada cuatro años vista.

En realidad su especulación, dada la certeza de su derrota electoral, es preparar las condiciones para lo que consideran “ la batalla del 2012”: la probable interna nuestra por la sucesión presidencial. Sin programa y sin liderazgo su destino está atado a la posibilidad de que el kirchnerismo se fagocite a si mismo y que esta pelea se inicie ya. Por lo tanto a nosotros nos interesa que los rulos se los hagan solamente ellos. Y no porque el destino futuro del proyecto nacional esté al margen de nuestras preocupaciones sino porque sus premisas estratégicas tienen otro carácter y muy distinto valor.

Que sea Binner el que llegue, aún con su previsible magro porcentaje, al segundo lugar, no nos viene mal. Trazaría un horizonte, para la oposición externa, de división entre una derecha nostálgicamente neoliberal conducida por Macri y un centrista como Binner disputando a las clases medias más gorilas y a un progresismo que aún se resiste a reconocer las transformaciones profundas del kirchnerismo. El radicalismo, que agoniza pero no termina de morir, quedará reducido a expresiones localistas y a la espera de un hipotético y nuevo liderazgo que lo reconduzca a algún lugar. El hundimiento de Duhalde coloca a los restos del duhaldismo en una vigilia cuya única esperanza radica en la división del kirchnerismo por la herencia del rico capital político actual.

El agotamiento de una oposición que no fue capaz de colocarse en línea para superar la crisis de representación que los aqueja desde los finales del ciclo anterior y que hizo eclosión en Diciembre del 2001, arroja a las clases dominantes argentinas a especular por líneas interiores de las fuerzas políticas que van reconstituyendo el nuevo movimiento nacional.

El nudo de su concepción se concentra en la imposibilidad de Cristina de sucederse a si misma en el timón del gobierno nacional en el 2015 y en consecuencia desarrollan la versión nacional de la teoría del “pato rengo”, fuertemente arraigada en la tradición norteamericana donde el presidente sin posibilidades de reelección pierde poder inexorablemente. Ven en consecuencia a Cristina Kirchner con una perspectiva de debilitamiento cotidiano a partir del mismo 10 de Diciembre y, porqué no, del 24 de Octubre.

Pero en primer lugar resta señalar que en los EEUU – a pesar de que acá sus voceros se constituyen en los campeones de la institucionalidad democrática y de los “partidos” sólidamente constituidos- los partidos políticos tienen una vigencia entre elecciones nada más y aunque no es despreciable el capital histórico-simbólico y sus tradiciones, no existe lo que acá dimos en llamar los movimientos nacionales.

Y fueron los períodos de grandes transformaciones los que les dieron lugar: así nació y se desarrolló el irigoyenismo y así surgió ese fenómeno único en nuestra historia que es el peronismo. Al calor de enormes transformaciones sociales que signaron el desarrollo de nuestra nación y su independencia, siempre en lucha, siempre parcial, frente al imperio británico y luego norteamericano. ¿ Pueden acaso imaginar que la hazaña kirchnerista no inaugura la vigencia de una nueva etapa del movimiento nacional y no sólo un fenómeno electoral ?

Es visible que hay una creciente conciencia histórica en el seno de nuestras nacientes y renacientes organizaciones populares, que nos llevan a preocuparnos por no cometer viejos errores y a estar atentos a los nuevos que podemos cometer. El vivo debate cotidiano que se desarrolla a todo nivel así lo indica. Ante el derrumbe de los viejos paradigmas y la recién comenzada crisis internacional, hermanados en esta ebullición latinoamericana que indica nuestro destino, las tareas que tiene por delante el nuevo gobierno que ayudaremos a parir, requiere un sostén del movimiento popular basado en la creciente organización y movilización.

Nadie puede creer que Cristina está sola. Escasas son las dudas de que hay liderazgo y que estamos en el camino de consolidación. Nadie tampoco puede ni debe creer que no hay nada para hacer en el movimiento popular. Hace rato que llegó la hora de la organización.

* Miembro de San Telmo K – Coordinador de la Comisión de Asuntos Internacionales de Carta Abierta


Fuente: Correo de amigos, 12.10.11
(posteado por Roberto Páez González)

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