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Temas

- Villa invisible
- El Siete de Octubre - ¿Por qué Chávez?
- El nombramiento de Martín Sabbatella
- Acerca de votar desde los 16 años
- Carta de una amiga paraguaya
- Así habló Pepe Mujica


V I L L A   I N V I S I B L E


VECINOS Y ORGANIZACIONES DE VILLAS
 
DENUNCIAN QUE EL GOBIERNO PORTEÑO
 
PROMUEVE EL DESPLAZAMIENTO DE LOS POBRES

 

“No cumplen con la ley de urbanización”

 
Desde los barrios crece el reclamo de la aplicación de la ley 148, sancionada hace catorce años, que dispone la urbanización de las villas. El macrismo destinará a vivienda social, en 2013, uno de los presupuestos más bajos desde 2008.
 
Por Carla Perelló
 
“No están respetando la ley, no llaman a los delegados de los barrios para hablar de la urbanización”, dice Rosemary Chuquimia, una de las impulsoras de la organización Villas y Barrios Unidos por la ley 148. “Esperaron que caiga el proyecto de urbanización de la villa para aprobar uno a conveniencia del PRO. El gobierno de Macri está buscando que la gente venda sus parcelas, porque no los pueden desalojar por la fuerza”, afirma Teófilo Tapia, referente histórico de la Villa 31. “Están provocando un proceso de desplazamiento de la gente más humilde por otra con mayor poder adquisitivo”, concluye Jonatan Baldiviezo, abogado de una organización social. “Están absolutamente en contra de urbanizar y recuperar el tejido urbano”, agrega Marcelo Bagnatti, referente de la Villa 21-24. Las frases sintetizan el reclamo en materia de vivienda que surge desde los sectores más vulnerables, en un año en que el Ejecutivo ha destinado uno de los presupuestos más bajos desde 2008 para la vivienda social: 1094 millones contra 1254 del año pasado. Desde los barrios crece la organización para reclamar el cumplimiento de la ley 148, vigente desde 1998, que dispone la urbanización de las villas de la Ciudad. Incluso han recurrido a la vía judicial.
El año pasado, unas 300 familias fueron desalojadas sólo en el barrio de La Boca. Los habitantes de la Villa 1-11-14 cumplieron doce años de espera para la ejecución de la ley de urbanización de su barrio, siete cumplió la Villa 20 y cuatro la 31 y 31 bis. “Año tras año, los fondos destinados efectivamente a vivienda representaron porcentajes menores a los asignados originalmente por la Legislatura”, concluye un informe de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). De 1,5 millón de pesos aprobados para 2011, se ejecutaron alrededor de 775 mil pesos. Para 2013, el presupuesto destinado a vivienda bajó al 2,7 por ciento del total. Entre noviembre y diciembre, en la Legislatura aprobaron medidas que benefician al mercado inmobiliario a gran escala y dejan de lado a las familias más vulnerables.
Rosemary Chuquimia explica la razón de su iniciativa que llevó a que las organizaciones conformaran un “sistema de acción”: “No llaman a los delegados para hablar de urbanización”, dice. Y aclara: cuando pase algo en alguna villa, “todos vamos a apoyarlos”, porque tejieron una red a lo largo de la Ciudad. “Cada villa tiene problemas diferentes, pero uno en particular son las cloacas. Cuando llueve se inunda y el gobierno no paga lo que perdemos.” El movimiento presentó en noviembre una medida cautelar para que se cumpla la ley 148, que se encuentra en el juzgado a cargo de la jueza Elena Liberatori, y se estima que en febrero habrá una resolución en la causa.
En ese contexto, ACIJ concluye en el informe “Sin vivienda para los más vulnerables” que “cerca de medio millón de personas no ve cumplido su derecho a una vivienda digna en la Ciudad de Buenos Aires”. Pese a ese panorama, para este año el porcentaje destinado a vivienda es el 2,7 por ciento del total a ejecutar por la administración porteña. La legisladora Rocío Sánchez Andía (Coalición Cívica-ARI) señaló que “la Ciudad invirtió millones en las villas, pero son parches. Los problemas de impermeabilización siguen y las casas se llueven”.
Jonatan Baldiviezo, abogado e integrante del espacio “Es nuestra la Ciudad”, coincidió con esa premisa y explicó que con la falta de políticas de vivienda “provocan un proceso de gentrificación, que consiste en que la gente más humilde es desplazada por otra con mayor poder adquisitivo”. Además sostuvo que el gobierno porteño “no se ocupa de la regularización dominial, entregó escrituras públicas en la Villa 19, por ejemplo, y delegó responsabilidades a los propietarios para que cada uno se encargue de los servicios públicos. Ese debería ser el último paso porque está prohibido por la ordenanza 44.873, que dice que primero hay que urbanizar”.
El arquitecto Javier Rodríguez Castro es quien aporta a esta situación una solución que, incluso, resulta económica y permite mantener la estética de los barrios tras la urbanización. El ejemplo paradigmático es el plan creado para la Villa 31 y 31 bis, que es tomado como modelo para diseñar el resto de los barrios. Su proyecto está basado en otros que ya fueron implementados en las favelas de Río de Janeiro. La idea es tener en cuenta para la mano de obra a las personas y las cooperativas de trabajo ya conformadas en las villas. En segundo término, el especialista asevera que entre “dos tercios y tres cuartos de las propiedades es recuperable, por lo que se mantiene lo que la gente ha construido a lo largo del tiempo”. Así, lo mínimo que se les proveería sería baño y cocina. Después hay viviendas que necesitan apuntalamiento, ampliación o arreglos. Además se debería brindar la infraestructura, cloacas, electricidad y equipamiento.
En 2010, Rodríguez Castro calculó que el presupuesto para urbanizar la Villa 31 y 31 bis era de 900 millones de pesos. “Para erradicar el barrio es necesario 3,2 veces más que ese número. Esto da cuenta de que es un costo fácilmente asimilable por la Ciudad, que puede desembolsar en un plazo de cinco o seis años”, sostuvo.
“La política de vivienda está dispersa en distintos organismos: el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC), el Ministerio de Desarrollo Social, la Unidad de Gestión de Intervención Social y la Corporación Buenos Aires Sur. Eso la hace deficitaria. La gente toca todas estas puertas y ninguna se abre”, sostuvo Sánchez Andía.



El Siete de Octubre








¿Por qué Chávez?

Por Jean-Luc Mélenchon e Ignacio Ramonet
Hugo Chávez es, sin duda, el jefe de Estado más difamado en el mundo. Al acercarse la elección presidencial del 7 de octubre, esas difamaciones se tornan cada vez más infames, tanto en Caracas como en Francia y en otros países. Atestiguan la desesperación de los adversarios de la revolución bolivariana ante la perspectiva (que las encuestas parecen confirmar) de una nueva victoria electoral de Chávez.
Un dirigente político debe ser valorado por sus actos, no por los rumores vehiculados en su contra. Los candidatos hacen promesas para ser elegidos: pocos son los que, una vez en el poder, las cumplen. Desde el principio, la promesa electoral de Chávez fue muy clara: trabajar en beneficio de los pobres, o sea –en aquel entonces–, la mayoría de los venezolanos. Y cumplió su palabra.
Por eso, este es el momento de recordar lo que está verdaderamente en juego en esta elección, ahora cuando el pueblo venezolano se alista para votar. Venezuela es un país muy rico, por los fabulosos tesoros de su subsuelo, en particular sus hidrocarburos. Pero casi todas esas riquezas estaban acaparadas por las elites políticas y las empresas trasnacionales. Hasta 1999, el pueblo sólo recibía migajas. Los gobiernos que se alternaban, democratacristianos o socialdemócratas, corruptos y sometidos a los mercados, privatizaban indiscriminadamente. Más de la mitad de los venezolanos vivía por debajo del umbral de pobreza (70.8 por ciento en 1996).
Chávez hizo que la voluntad política prevaleciera. Domesticó los mercados, detuvo la ofensiva neoliberal y posteriormente, mediante la implicación popular, hizo que el Estado se reapropiara los sectores estratégicos de la economía. Recuperó la soberanía nacional. Y con ella, ha procedido a la redistribución de la riqueza, en favor de los servicios públicos y de los olvidados.
Políticas sociales, inversión pública, nacionalizaciones, reforma agraria, casi pleno empleo, salario mínimo, imperativos ecológicos, acceso a la vivienda, derecho a la salud, a la educación, a la jubilación… Chávez también se dedicó a la construcción de un Estado moderno. Ha puesto en marcha una ambiciosa política del ordenamiento del territorio: carreteras, ferrocarriles, puertos, represas, gasoductos, oleoductos.
En materia de política exterior, apostó por la integración latinoamericana y privilegió los ejes sur-sur, al mismo tiempo que imponía a Estados Unidos una relación basada en el respecto mutuo… El impulso de Venezuela ha desencadenado una verdadera ola de revoluciones progresistas en América Latina, convirtiendo este continente en un ejemplar islote de resistencia de izquierdas alzado en contra de los estragos del neoliberalismo.
Tal huracán de cambios ha volteado las estructuras tradicionales del poder y acarreado la refundación de una sociedad que hasta entonces había sido jerárquica, vertical, elitesca. Esto sólo podía desencadenar el odio de las clases dominantes, convencidas de ser los legítimos dueños del país. Son estas clases burguesas las que, con sus amigos protectores de Washington, vienen financiando las grandes campañas de difamación contra Chávez. Hasta llegaron a organizar –en alianza con los grandes medios que les pertenecen– un golpe de Estado, el 11 de abril de 2002.
Estas campañas continúan hoy día y ciertos sectores políticos y mediáticos europeos se encargan de corearlas. Asumiendo –lamentablemente– la repetición como si fuera una demostración, los espíritus simples acaban creyendo que Hugo Chavez estaría encarnando un régimen dictatorial en el que no hay libertad de expresión.
Pero los hechos son tozudos. ¿Alguién ha visto un régimen dictatorial ensanchar los límites de la democracia en vez de restringirlos? ¿Y otorgar el derecho de voto a millones de personas hasta entonces excluidas? Las elecciones en Venezuela sólo ocurrían cada cuatro años, Chávez organiza más de una por año (14 en 13 años), en condiciones de legalidad democrática, reconocidas por la ONU, la Unión Europea, la OEA, el Centro Carter, etcétera.
Chávez demuestra que se puede construir el socialismo en libertad y democracia. Y convierte incluso ese carácter democrático en una condición para el proceso de transformación social. Chávez ha probado su respeto al veredicto del pueblo, renunciando a una reforma constitucional rechazada por los electores vía referéndum en 2007. No es casual que la Foundation for Democratic Advancement (FDA), de Canadá, en un estudio publicado en 2011, situara entonces a Venezuela en el primer lugar de los países que respetan la justicia electoral.
El gobierno de Hugo Chávez dedica 43.2 por ciento del presupuesto a las políticas sociales. Resultado: la tasa de mortalidad infantil ha sido dividida por dos. El analfabetismo, erradicado. El número de docentes, multiplicado por cinco (de 65 mil a 350 mil). El país presenta el mejor coeficiente de Gini (que mide la desigualdad) de América Latina. En su informe de enero de 2012, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal, un organismo de la ONU) establece que Venezuela es el país suramericano que –junto con Ecuador–, entre 1996 y 2010, ha logrado la mayor reducción de la tasa de pobreza. Finalmente, el instituto estadunidense de sondeos Gallup ubica al país de Hugo Chávez como la sexta nación más feliz del mundo.
Lo más escandaloso, en la actual campaña de difamación, es pretender que la libertad de expresión esté constreñida en Venezuela. La verdad es que el sector privado, hostil a Chávez, controla allí ampliamente los medios de comunicación. Cada cual puede comprobarlo. De 111 canales de televisión, 61 son privados, 37 comunitarios y 13 públicos. Con la particularidad de que la parte de la audiencia de los canales públicos no pasa de 5.4 por ciento, mientras que la de los privados supera 61 por ciento... Mismo escenario para los medios radiales. Y 80 por ciento de la prensa escrita está en manos de la oposición, siendo los dos diarios más influyentes –El Universal y El Nacional–, adversos al gobierno.
Nada es perfecto, por supuesto, en la Venezuela bolivariana –¿dónde existe un régimen perfecto?–. Pero nada justifica esas campañas de mentiras y de odio. La nueva Venezuela es la punta de lanza de la ola democrática que, en América Latina, ha barrido con los regímenes oligárquicos de nueve países, apenas caído el Muro de Berlín, cuando algunos vaticinaban el fin de la historia y el choque de las civilizaciones como horizontes únicos para la humanidad. La Venezuela bolivariana es una fuente de inspiración de la que nos nutrimos, sin ceguera, sin inocencia. Con el orgullo, sin embargo, de estar del buen lado de la barricada y de reservar los golpes para el malévolo imperio de Estados Unidos, sus tan estrechamente protegidas vitrinas del Cercano Oriente y dondequiera reinen el dinero y los privilegios. ¿Por qué Chávez despierta tanto resentimiento en sus adversarios? Indudablemente porque, tal como lo hizo Bolívar, ha sabido emancipar a su pueblo de la resignación. Y abrirle el apetito por lo imposible.
 
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/10/05/opinion/024a2
 
 
 
 
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El nombramiento de Martín Sabbatella



01 de octubre de 2012 | Nacional

Sabbatella: “Estamos comprometidos con la aplicación integral de la ley”

La presidenta Cristina Fernández oficializó su nombramiento al frente de la AFSCA mediante la firma del decreto oficial.
Esta mañana, la presidenta Cristina Fernández firmó el decreto que designa a Martín Sabbatella como presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca). El funcionario asumirá oficialmente al frente del organismo mañana, una vez publicado el nombramiento en el Boletín Oficial. 

“La Presidenta me pidió que haga cumplir la ley, sin privilegios y sin compromisos con nadie”, precisó Sabbatella y agregó: “estamos contentos por la confianza que ha depositado en nosotros Cristina para avanzar en la aplicación integral y el cumplimiento de esta ley tan trascendente para la vida cotidiana de los 40 millones de argentinos y argentinas. Trabajaremos para hacer efectivo el texto de esta norma que garantiza más pluralidad, más libertad y más democracia”, señaló el funcionario.

“Tenemos un profundo compromiso con esta ley que nació del esfuerzo de los más diversos sectores comprometidos con la radiodifusión democrática”, enfatizó Sabbatella y destacó la labor de sus antecesores en el cargo: “tanto Gabriel Mariotto como Santiago Aragón han recorrido un importante camino. Tengo mucho optimismo y confianza en que podremos continuar profundizando ese rumbo, para seguir multiplicando las voces y ensanchando el acceso y la participación de millones de argentinos y argentinas”, opinó. 

El flamante titular del Afsca, presentará ante la Cámara de Diputados de la Nación el pedido de licencia a su cargo como legislador. Iniciará su gestión al frente de la AFSCA “ad referéndum” hasta la aprobación de su solicitud que será tratada en una sesión especial la semana próxima.
Fuente: Nuevo Encuentro, 01.1012


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EL DEBATE SOBRE EL PROYECTO
PARA PERMITIR EL VOTO DESDE LOS 16 AÑOS
LA CIUDADANIA DE LOS JOVENES

Adolescentes y derecho a votar


Por Julián Axat *
 
Me levanté a las 6.30 de la mañana y fui al Colegio Nacional de La Plata. Todos los lunes doy clases de derecho político a partir de las 7.45. Los alumnos tienen entre 16 y 17 años, quinto año. Siempre llevo noticias frescas para abrir debates. La pregunta, esta vez, si están de acuerdo con votar. Aunque predominan los jóvenes de clase media, los hay de otros sectores, todos parecen bastante informados sobre el tema. Sea por “sí” o por “no”, hay quienes reproducen clisés de los medios, otros se nota que repiten la voz de sus padres; están los que se juegan con convicción propia, pero se repite mucho la frase “si podemos ir presos y ser responsables de muchas cosas, entonces también podríamos votar” (el argumento lo usan para justificar ambas posturas). En algún momento sale la historia de Joaquín Areta, poeta desaparecido por el terror en 1977, ex alumno de este colegio (tiene un aula en su nombre), militante en la UES, y que con 17 años se jugaba la vida mientras escribía poemas fulgurantes, como los que se topó Néstor Kirchner allá en 2003, cuando quedó inmortalizado en aquellos versos “Quisiera que me recuerden”.
Pero me estoy yendo porque a las 9 termina la clase, y salgo a las corridas para la defensoría de pobres y ausentes en la que atiendo todas las mañanas casos policiales-sociales que hacen a los jóvenes excluidos de esta ciudad y alrededores. El tema del día en la defensoría es un desalojo de un barrio entero conocido como San Carlos, y que la Justicia penal quiere desocupar junto con cien niños que –de llevarse a cabo– quedarán literalmente en la calle. Pobres contra pobres. El viernes pasado me opuse a la medida y otro juez la suspendió, causó revuelo, por eso hay mucho movimiento en la oficina. A eso de las 11 decido salir para el barrio, hay discusión entre los vecinos que los tratan de usurpadores, y los ocupantes esperan una respuesta rápida para ir a otro lugar. Hay jóvenes que conozco de otras redadas. Les pregunto qué van a hacer si se van de acá, me dicen que “no saben, que siguen a sus padres, pero que las autoridades no los escuchan”. Después de un rato en el lugar (los veo más tranquilos), pregunto qué harían si pudieran votar; se ríen, pero me dicen que “quieren ser considerados como personas y no como animales por la policía que los persigue y desaloja”, me dicen que “si votan no van a votar a los políticos que los engañan con tierras o bancan a esa policía mafiosa, sino por aquellos que los ayuden en serio”. En eso llega la orden, la Bonaerense que observa de lejos tiene que replegarse porque los referentes de las familias lograron un acuerdo con las autoridades. No habrá desalojo. La salida es pacífica, levantar las cosas hacia otro lugar. Hay festejo.
Son las 13, voy para un Instituto de Menores “Castillito” que está cerca del asentamiento. Días atrás, un chico alojado presentó una denuncia por un supuesto abuso por parte de otros que estaban encerrados con él. Me entrevisto con el director del lugar, dice que ya lo trasladaron a otro instituto. Pido hablar con el resto, son como catorce, tienen entre 15 y 19 años. Luego de conversar sobre causas y temas varios (el más importante para todos: el techo del instituto está tan deteriorado por la humedad que se les viene encima), insisto con mi pregunta del día... Ninguno tiene idea de qué se discute afuera del engome. Les explico. A todos les interesa, salvo a dos que me dicen “que la política es para robar y que siempre quedan todos libres, no como ellos...”. La mayoría sostiene que “quieren saber, que quieren ir a votar, que si están acá y si se están rescatando, también pueden elegir a los políticos”.
Entro a las 14 a la oficina. Todo más calmo por suerte. Interpongo hábeas corpus en el juzgado por el techo del “Castillito”. A la hora, la Justicia me notifica la orden de enviar un perito arquitecto para esa misma tarde y hacer la refacción del caso.
A eso de las 18 entro en mi casa, bastante agotado por el día... Parar la pelota. Reflexionar. Siento que todos estos pibes, aun con sus diferencias, tienen una inmensa expresión guardada sin germinar. Percibo un límite que no es suyo, es externo, es el miedo de generaciones anteriores proyectada sobre ellos a través de distintas formas (morales y policiales). Si cada vez que pregunto me sacan a relucir “que ellos están preparados para el castigo, por ende están preparados para votar”, hay una suerte de conexión, herencia o legado que ha estado y sigue basada en formas de sumisión (los medios también machacan con este vínculo entre responsabilidad penal-electoral). Supongo que hay que salir de esta lógica, que a los pibes –en algún punto– les estalla en la cabeza y hace del mundo un ida y vuelta cruel.
Si los adolescentes argentinos pudieran perfilar su voz eludiendo la línea tutela/punición/derechos, podrían pensarse en otra dimensión de la política (más generosa). La infancia para ser “ciudadana” necesita de una cadena de restituciones sin contrapartida (algunas ya vienen siendo): económicas y sociales, educativas, culturales y prioritariamente “políticas”. Infancia y derecho a hacerse oír harían al resto de los derechos que vienen de la mano. La emancipación de los jóvenes en la política irrumpe como anomalía indomeñable para cualquier especulación electoral. Es también una irrupción frente al poder, y frente a una herencia que, por donación, les podría abrir camino a una esperanza: que los jóvenes transformen “la opción” al voto en “convicción”.
Es tarde, busco el libro de Joaquín Areta que edité hace unos años. Abro la página 27 y encuentro el poema dedicado a su hijo: “... te debo un poema / un ejemplo / un empujón / no haber dicho / por ejemplo / lo inmenso de tu presencia / te debo algo hijo / mucho más que un poema / la esperanza”.
* Defensor de jóvenes, poeta y docente.
Fuente: Página 12, 11.09.12


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Les comparto párrafos de la carta

de una amiga paraguaya

que tuvo que exiliarse en la época de Stroessner

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Querida María:

Aquí cada hora es crucial. Los acontecimientos que estamos viviendo parecen sacados de una película, porque es difícil para los golpistas explicar que no pasó nada, que todo va a volver a la normalidad…
Fue tan caradura este traidor de Franco que fue capaz de decir, al otro día del golpe cuando le preguntaban cómo iba a solucionar la relación con los países vecinos, “estoy por llamar a Lugo para que él se encargue de explicar que todo está normal.” ¿A vos te parece?

La gente llora en la calle, gente humilde que en poco tiempo vio los cambios…

Los periodistas de la oligarquía, queriendo hacer ver que la gente está contenta, le preguntan a la gente del Mercado. Casi todos defienden a Lugo y lloran; dicen que les dio merienda escolar, guardería para los niños, planes de salud, sueldo para los ancianos, sillas de ruedas, y el periodista les responde: “Pero tuvo muchos hijos siendo obispo” La respuesta de todos es: Eso no importa, los hombres tienen que tener nomás hijos… La expresión en guaraní es muy graciosa.

Para el miércoles, los golpistas convocaron a una manifestación, pero tuvieron que levantarla porque los luguistas se movilizan por todo el país y habrá cortes de ruta.
Nosotros quisiéramos que la Argentina no nos venda nada, ni gas. Los pobres no sufrirán porque no lo tienen, y nosotros nos arreglaremos. Brasil no tendría que dejar pasar a los sojeros, nada, bloqueo total.
Quisieron acallar a la TV pública pero no lo lograron. La gente habla en los micrófonos que están en la calle…
(…)

Resistiremos hasta la victoria final…
Besos y abrazos
Estela


 ° ° °

Así habló Pepe Mujica

http://www.youtube.com/watch?v=oRx5_ZVlrLI&feature=youtu.be