21 diciembre 2011

>Ecos de las rebeliones de 2001


La multitud y los límites
Por Rubén Dri *

El 19-20 de diciembre del 2001 los sectores aplastados y humillados por el capital financiero y especulativo salieron al espacio público, a las calles, a las plazas al grito de “¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!”. Fueron días y días en los que una multitud, para alegría de Toni Negri, recorrió las calles de Buenos Aires, marchó a Plaza de Mayo, se reunió frente a la corrupta Corte Suprema de Justicia y se reunió en asambleas en las que se debatía todo. Era la finalización de un ciclo, el quiebre de un proyecto, mejor dicho de un plan, nada menos que del plan neoliberal aplicado a rajatabla en los ’90 por el menemismo y llevado a su terminación por la alianza que llevó a De la Rúa a la Presidencia. Esa gran pueblada rompía todos los límites. Ya no había más organización, estructuras, representaciones, cámaras legislativas, Poder Ejecutivo. Era como un río que se sale de madre, rompe los diques y las aguas se llevan todo por delante. ¿Había pasado antes algo parecido? Tanto el pueblo argentino como en general los pueblos siempre han protagonizado luchas, puebladas, pero la del 19-20 de diciembre fue de otro tipo, algo que hasta el momento no se conocía. (sigue...)

Celac: bolivarismo, nacionalismo y socialismo

Manuel Ugarte, Juan D. Perón y los antecedentes del CELAC en una nota muy interesante de La Jornada, de México, reproducida por El Ortiba 

Por José Steinsleger
La Jornada, México

En 1783. El primer atisbo de unidad política de América hispana tuvo lugar en el Madrid liberal y reformista del rey borbón Carlos III. El ministro Pedro Pablo Abarca de Bolea (conde de Aranda) había entregado al monarca un proyecto neocolonial sobre las provincias americanas, sugiriendo que la referida unidad fuera una suerte de "Commonwealth hispano".

Con vista larga, el conde de Aranda recomendaba a la corona "deshacerse de sus posesiones americanas, conservando sólo Cuba y Puerto Rico para el comercio español". Para ello se establecerían tres infantes o reyes en América: uno como rey de México, otro como rey de Perú y otro como rey de Costafirme. Los tres gobernarían el continente en nombre del emperador Carlos III.

El Informe Aranda quedó en agua de borrajas, y recién en 1808 sería retomado por Manuel Godoy, el todopoderoso ministro de Carlos IV. Plan que, asimismo, llegó demasiado tarde, a causa de la invasión francesa, la abdicación de Fernando VII, la falta de generosidad de la Junta Suprema de Aranjuez con los hermanos americanos (se les concedía representación con arreglo a los blancos, excluyendo a indios, negros y zambos), y la inminente guerra con Inglaterra (1808).

La guerra de la independencia dio a la burguesía criolla la oportunidad que esperaba. Dos años después se iniciará el proceso que en veinticinco años llevará a la independencia a la casi totalidad del continente americano.
Manuel Ugarte

1910. Barcelona, 25 de mayo. En la conferencia Causas y consecuencias de la revolución americana, el socialista argentino Manuel Ugarte (1875-1951), manifiesta que la insurrección producida en las colonias un siglo atrás, no llevaba propósitos separatistas. Ugarte fue el primero en plantear la "cuestión nacional" de la independencia.

El historiador Norberto Galasso sostiene que, a juicio de su biografiado (Manuel Ugarte), la misma revolución democrática que se operaba en España contra el oscurantismo monárquico se realizaba en las colonias. Pero no contra España, sino contra la minoría que dominaba en España y en las colonias, es decir, contra el absolutismo. El separatismo, según esta tesis, surgió después, inevitablemente, al ser derrotada la revolución democrática por la reacción en España.

En El porvenir de la América española (1910) Ugarte analizó los orígenes de la América española, refiriéndose en particular a los pueblos indígenas, españoles, mestizos, negros, mulatos y criollos como "componentes del hombre latinoamericano". Los socialistas argentinos, en nombre del internacionalismo proletario, niegan toda cuestión nacional en América Latina. El imperialismo carece de importancia o no existe, y hay que limitarse a lograr conquistas obreras.

1946. En febrero de 1946, horas después de los comicios presidenciales, el presidente electo Juan Domingo Perón (1895-1974) se dirigió por escrito al legendario caudillo del Uruguay Luis Alberto Herrera (1873-1959). El mensaje del líder argentino (hallado por el investigador Carlos Machado) dice: "Hay que realizar el sueño de Bolívar. Debemos formar los Estados Unidos de Sudamérica".

El 7 de julio de 1953, en una cena de camaradería de las fuerzas armadas, Perón expresa por primera vez las ideas que presidirían su programa global:

“No hay soberanía política plena mientras el continente siga fragmentado por el interés imperial. No hay independencia económica en el marco de la dependencia como fruto de la monoproducción. No hay justicia social sin asentar la base material que la posibilite, y resulta imposible lograrla malherida por la desunión… Presentimos que el 2000 nos encontrará unidos o dominados.”

Perón erró por menos de cinco años. En efecto, y con excepción de Cuba y Venezuela, el escenario latinoamericano de finales del siglo mostraba un cuadro ideológicamente confuso y políticamente desolador.

No obstante, en la cuarta Cumbre de presidentes, frente a las narices de W. Bush, el peronista Néstor Kirchner, el bolivariano Hugo Chávez, y el sindicalista Lula enterraron el proyecto de libre comercio de las Américas (Mar del Plata, noviembre de 2005).

Tres años después se constituyó la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), y en días pasados, en Caracas, la flamante Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) puso punto final al monroísmo, abriendo de par en par (y con exclusión de Estados Unidos y Canadá), la integración, cooperación y solidaridad entre los países del continente.

Antes que partenogénesis de algún gobernante metido a "redentor" (como diría un patético ropavejero de la historia de México), los fundamentos de la novísima Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) fueron posibles gracias a la amplitud de miras del grupo de estadistas que hoy impulsan hoy la integración y solidaridad de nuestros pueblos, sin el ominoso y frustrante poder disuasivo de las corporaciones imperialistas de Estados Unidos y Canadá.

La hoja de ruta ha sido trazada y, sin dudas, una de las tareas de la Celac consistirá no sólo en la coordinación de esfuerzos para encarar con espíritu soberano la violentísima crisis en curso del capitalismo mundial, sino también en ponderar el alcance y sentido de las palabras del libertador Simón Bolívar tras el fracaso del Congreso Anfictiónico de Panamá (1826), y su torpedeada continuidad en Tacubaya (1827): “Nosotros no podemos vivir sino de la unión…”

Durante poco menos de 200 años, una copiosa y documentada bibliografía dio cuenta de los hechos y causas que frustraron la unidad política de América Latina. Por ser asunto de fácil consulta, no abundaremos en ellas, y traeremos en cambio la evocación de un ignoto y moderno precursor de la Celac: el argentino Manuel Ugarte (1875-1951), cuyas ideas, durante muchos años, gravitaron entre los revolucionarios de México y América Latina.

Reconstruida en dos tomos por el historiador Norberto Galasso (Del vasallaje a la liberación nacional y De la liberación nacional al socialismo, Universidad Nacional de Buenos Aires, 1973), la vida fascinante y lucha de Ugarte atravesó países y continentes. Curiosamente, su despertar político tuvo lugar en París, durante el sonado "caso Dreyfus" (1898), al lado de su amigo el socialista Jean Jaurés y mientras compartía la bohemia con Rubén Darío, Amado Nervo, Enrique Gómez Carrillo, y Miguel de Unamuno.

Simultáneamente, la voladura del acorazado Maine en el puerto de La Habana (que daría lugar a la intervención estadunidense en la guerra cubano-española), lo impacta a tal grado que más tarde reconocería: “…Allí nació mi convicción antimperialista”. De ahí que en su primer artículo antimperialista, "El peligro yanqui" (1901), plantee la necesidad de la unidad latinoamericana como “…único muro de contención al avasallamiento que avanza desde el norte”.

En Boston, Ugarte conoce al venezolano Rufino Blanco Fombona, escritor y latinoamericanista, y de la amistad nace el interés recíproco por conciliar el internacionalismo socialista con el nacionalismo latinoamericano y escribe en defensa de Venezuela con motivo de la agresión angloalemana.

Designado por el Partido Socialista argentino como delegado al Congreso de la segunda Internacional a realizarse en Ámsterdam y Stuttgart (1906 y 1907), participa en un debate político fundamental: ¿quién debe establecer la táctica política, la dirección de la Internacional o la dirección de cada partido nacional, de acuerdo con las características peculiares? Ugarte apoya a Jaurés, quien defiende esta última tesis.

En 1911, semanas después de pronunciar un ciclo de conferencias en la Sorbona, Ugarte emprende su gira por los veinte países latinoamericanos. Recorre Cuba y República Dominicana (donde condena las agresiones yanquis), y en 1912 llega a México, siendo recibido por entusiastas grupos con música y banderas, y se entrevista con el presidente Francisco I. Madero.

A pesar de los obstáculos para impedir que hable a los jóvenes, Ugarte consigue llenar el Teatro Mexicano. Y más tarde, en otra conferencia, exclama: ¡La América tiene que ser una! Luego, en San Salvador, en la Federación Obrera, expresa: "Yo creo que en los momentos porque atravesamos, que el socialismo tiene que ser nacional".

De El Salvador pasa a Costa Rica, y de ahí viaja a Nueva York, donde habla en la Universidad Columbia. En agosto desembarca en Panamá, donde entrevista al presidente Belisario Porras, y continúa su viaje a Venezuela.

En El porvenir de la América española, Ugarte analiza los orígenes de la América española, refiriéndose en particular a los pueblos indígenas, mestizos, negros, mulatos y criollos como componentes del hombre latinoamericano: "Somos indios, somos negros, somos españoles, somos latinos, pero somos lo que somos y no queremos ser otra cosa" (Asociación de Estudiantes de Caracas, 13 de octubre).

En Colombia rinde homenaje a Bolívar y convoca a los jóvenes a organizarse bajo las viejas banderas del libertador. Habla frente a 10 mil personas. En enero de 1913 se dirige a 3 mil personas, en el teatro Edén de Guayaquil. Habla después en Quito, y en febrero, en el teatro municipal de Lima, alza la voz: "La América Latina no necesita tutores, la América Latina se pertenece! ¡Viva la América Latina!"

En abril, Ugarte diserta en La Paz. Sin embargo, los términos de la conferencia ocasionan la reacción del embajador yanqui, a quien Ugarte reta a duelo. La intervención del embajador argentino evita el lance. (Datos de la Cronología de Galasso en La nación latinoamericana, Biblioteca Ayacucho, tomo 45, Caracas, 1978).

Luego del frustrado "lance de caballeros" con el embajador de Washington en La Paz y el impacto de sus disertaciones bolivarianas en Santiago de Chile, Manuel Ugarte llega a Buenos Aires y, tras ocho años de ausencia, choca con el espíritu de campanario de los que dicen representar la "civilización" y el "progreso".

En abril de 1914, cuando la Armada de Estados Unidos bombardea el puerto de Veracruz, Ugarte funda la Asociación Latinoamericana para Defender la Revolución Mexicana, y se enfrenta con el Partido Socialista Argentino (PSA), que prefiere saludar la apertura del Canal de Panamá y la visita a la capital argentina del campeón del big stick, Teodoro Roosevelt, al que los socialistas califican de "gran demócrata moderno".

Expulsado del PSA, Ugarte prosigue su gira por Uruguay y Brasil. En 1916, el mexicano Carlos Pereyra le envía su libro El mito de Monroe, donde lo califica de "héroe de una odisea continental sin ejemplo", y al año siguiente viaja a México, invitado por el gobierno de Venustiano Carranza, quien lo recibe con honores.

En 1912, la embajada de Washington había hecho lo imposible para evitar que la voz de Ugarte fuera oída en nuestro país. Según investigaciones del periodista argentino Óscar R. González, el diario Gil Blas dice: "Estados Unidos tiene miedo de la palabra vibrante del poeta argentino Manuel Ugarte", y otro periódico dice por su lado: "Ugarte se ha presentado como intérprete de una idea latente en el alma de los latinoamericanos desde que la concibió Bolívar: la unión de todos los países de América que tienen alma latina" (El Periodista de Buenos Aires, número 65, 6-12/1985).

Según González, los estudiantes se rebelaron contra la posibilidad de que se censure a Ugarte y mil 500 de ellos se lanzan a las calles de la capital mexicana "en defensa de la libertad de prensa" y, antes de llegar al Zócalo de la ciudad, se detienen en el hotel donde se aloja el argentino para homenajearlo.

En Palacio Nacional, el presidente Madero declara que su gobierno no intentará callar al visitante, pese a que la prensa estadunidense ya se ha hecho eco del asunto y no oculta que la embajada ha hecho uso de su influencia para crear obstáculos al conferencista.

"En el Teatro Nuevo y frente al monumento a los Niños Héroes, Ugarte hace votos por que si un nuevo atentado se desencadena mañana sobre una de nuestras repúblicas, la opinión se levante unánime imponiendo a los gobiernos latinoamericanos la solidaridad salvadora."

Ugarte publicó en Madrid el folleto La verdad sobre México (1919), donde reafirma la defensa de la revolución frente a los ataques de la prensa yanqui. Y en 1925, tras la publicación de La patria grande (1922) y El destino de un continente (1923), intervino junto a Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset, Miguel Ángel Asturias, Carlos Quijano, José Vasconcelos y Víctor Raúl Haya de la Torre, en un gran acto latinoamericano celebrado en París en apoyo de la Revolución Mexicana.

La prédica latinoamericanista de Ugarte suscitó el interés de grandes personalidades: José Carlos Mariátegui lo invitó a escribir en su revista Amauta; el Partido Nacionalista de Puerto Rico lo designó delegado al Congreso Internacional de la Liga contra a crueldad y la opresión en las colonias, y el boliviano Tristán Maroff consiguió que lo nombraran cónsul del país andino en Niza.

En 1927, integrando la reducida comitiva que presiden Henri Barbusse y Diego Rivera, Ugarte visitó la Unión Soviética, y en 1928, el líder guerrillero Augusto César Sandino le agradeció sus artículos de solidaridad con la causa antimperialista de Nicaragua que aparecieron en la revista Monde, de París, en cuyo comité de redacción figuran Albert Einstein, Máximo Gorki, Upton Sinclair, Unamuno y León Perth.

El hispanismo latinoamericanista anticlerical, bolivariano, antimperialista y socialista de Manuel Ugarte no dejó lugar a dudas. En abril de 1931 se adhirió a la proclamación de la república española, saludó la insurrección de los mineros asturianos, se ofreció para colaborar con el gobierno cubano de Grau San Martín, denunció la hipocresía del congreso "panamericano" de Montevideo, y polemizó con el hispanismo "de derechas" del mexicano Carlos Pereyra.

En 1934, en la Sorbona, pronunció una conferencia sobre fascismo y comunismo, a la que asistieron cientos de jóvenes. “Entre Roma y Moscú –dijo– elijo Moscú”.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial (1939), Ugarte declaró: “No estoy con Francia ni con Alemania. Estoy con la América Latina… No soy vagón atado a una locomotora ni tengo mentalidad de tropa colonial…” Y en 1940: “Nuestra misión no es optar entre la victoria de estos o aquellos países en guerra. Nuestra misión es preparar nuestra propia victoria… No hay que opinar colonialmente, sino nacionalmente. Iberoamérica para los iberoamericanos”.

En 1946, retornó una vez más a Argentina, donde declaró su adhesión al movimiento nacional y popular de Juan Domingo Perón. En septiembre, el gobierno peronista lo designó embajador en México, tarea que prosiguió en Nicaragua (1949) y Cuba (1950).

Manuel Ugarte murió en el balneario francés de Niza, el 2 de diciembre de 1951. La reconstrucción de Hispanoamérica fue su libro póstumo.

[Este artículo fue publicado en tres entregas en diciembre de 2011 por La Jornada, México]

Fuente: www.el ortiba.org

14 diciembre 2011

La mutación del paradigma comunicacional

ADELANTO DEL LIBRO "EL DESAFIO DIGITAL EN LA TELEVISION ARGENTINA", DE OSVALDO NEMIROVSCI*

En el libro que publica la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Nemirovsci analiza el modo de apropiación social de las tecnologías de la comunicación y la información, tomando el caso de la TV digital en el país.
*Coordinador general del Consejo Asesor del Sistema Argentino de Televisión Digital Terrestre.

Lea la nota completa en
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-183165-2011-12-12.html

Entrevista con el nuevo ministro de Agricultura

“NECESITAMOS UNA LEY QUE ORDENE LA TENENCIA DE LA TIERRA”

Por Sebastián Premici (Página12)




Norberto Yauhar expresó su deseo de que los legisladores aprueben rápidamente la ley que limita la propiedad de tierras en manos de extranjeros y de resolver todos los conflictos que involucran a pequeños propietarios, campesinos y pueblos originarios.




Lea la nota completa en:
http://www.pagina12.com.ar/diario/principal/index-2011-12-12.html
Fuente: Página12 - 12/12/2011

04 diciembre 2011

Retorno a la idea de la unión latinoamericana.

Visión política de la integración latinoamericana

Por Eric Calcagno, senador de la Nación y
Alfredo E. Calcagno, doctor en Ciencias Políticas


El mito es la última verdad de la historia; lo demás es efímero periodismo.” Esta frase de Borges (Textos recobrados, 1956-1968) ha sido confirmada por la realidad. La unión de nuestras naciones se basa en una identidad latinoamericana sustentada en mitos fundadores. Uno de ellos es el  latinoamericana, tal como fue soñada en el tiempo de las guerras de la independencia: cada país es la Patria Chica, parte constituyente de una Patria Grande.
A cada momento de crisis o de esperanza vuelve a surgir la ilusión de San Martín, de Bolívar o de Artigas; pero muchas veces faltan los conceptos para pensar esa unión. A esta declinación ha contribuido la propia percepción que tenemos de nosotros mismos, construida por el relato colonial que perduró y que nos presentaba como países irremediablemente subordinados; esta resignación fue refirmada desde siempre por la prédica de la mayoría de los medios de comunicación, locales o internacionales, que nos condenaban a observar las sombras de la caverna y creer que eso es el mundo. Ahora la nueva situación nacional e internacional de afirmación de las soberanías permite tomar conciencia de una situación objetiva favorable para la integración regional y dar pasos trascendentes en ese sentido.

Hacia la unión de América Latina y el Caribe. Está en ejecución un proceso real, que consiste nada menos que en la integración de América latina y el Caribe, unidad política y económica que da sentido a la civilización latinoamericana. En este contexto, no se habla de poder, sino que se lo construye: ¿cómo estructurar este bloque para darle objetivos comunes y unidad de acción?, ¿cómo conseguir el margen operativo para aplicar políticas independientes?, ¿cómo definir y aplicar esas políticas? En síntesis, ¿cómo generar soberanía latinoamericana?
En los últimos tiempos se produjeron actos decisivos en ese sentido. En primer lugar se generó soberanía financiera a través de la creación del Banco del Sur, cuya acta de constitución es de diciembre de 2007 y fue suscripta por Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay Uruguay y Venezuela. Se creó así una fuente de financiamiento que depende de nuestros recursos y nuestra voluntad y que nos independiza del establishment financiero mundial y de sus condicionalidades. En Miradas al Sur del 3 de julio nos referimos al tema.
Las otras dos iniciativas fundamentales fueron tratadas en la reuniones de la Unasur y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) realizadas en Caracas el 2 y 3 de diciembre pasados.

La reunión de Unasur. En la reunión de Unasur se decidió avanzar en un tema financiero, que consiste en la sustitución del dólar como moneda de pago en las transacciones de sus países miembros y en el análisis de la coordinación del uso de las reservas de los países, con propósitos anticíclicos; para advertir la magnitud de esta posible medida, basta con recordar que las reservas de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Perú y Venezuela llegan a los 546.000 millones de dólares.

El ejercicio de la soberanía. Requiere por su parte la ocupación plena y efectiva del territorio, para lo cual es indispensable una red de comunicaciones y transportes. En Sudamérica existen enormes espacios vacíos que pueden ponerse en producción; en varios casos, ya se ejecutaron obras con criterios nacionales, que sería necesario interconectar. En la reunión del 3 de diciembre se consideró el proyecto preparado por la Secretaría General de Unasur, que establece 10 ejes de integración y desarrollo: el Andino, el del Escudo Guayanés, el del Amazonas, el de Perú-Brasil-Bolivia, el Interoceánico Central, el de Capricornio, el de Mercosur-Chile, el del Sur, el de la Hidrovía Paraguay-Paraná y el Andino del Sur. Se trata de facilitar el acceso a zonas de alto potencial productivo, que están relativamente aisladas o subutilizadas. Se relevaron más de 500 proyectos, que en conjunto implican inversiones de más de 100.000 millones de dólares. El Eje de Capricornio incluye a la Argentina y articula 18 proyectos individuales con una inversión de 1.765 millones de dólares. (Sobre el tema, véase Martín Granovsky, “Cómo conectar a los desconectados”, Página/12, 27 de noviembre de 2011).
La constitución de la CELAC. En los organismos de integración entre Estados hay dos cuestiones básicas que marcan su índole. La primera es si se trata de una integración entre iguales o entre potencias y países subordinados; las integraciones del Mercosur, de la Comunidad Andina, de Unasur y de la Celac son entre iguales.
La segunda cuestión es si prevalece la política o el comercio; un organismo integrado por presidentes es de naturaleza política. Así se define a la Celac, cuya creación obedece a la necesidad de crear un foro que politice la solución de los problemas de América latina y el Caribe. Se sigue así una de las enseñanzas que dejó el ex presidente Néstor Kirchner, quien sostenía que los problemas no tienen soluciones técnicas sino políticas; lo dijo en su discurso la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, quien señaló que se estaba creando un espacio para estructurar programas políticos, y afirmó que llegó la oportunidad de politizar el proyecto de integración.
El 2 y 3 de diciembre de 2011 se realizó la Primera Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que reúne a 33 países de la región; es decir todos los americanos menos Estados Unidos y Canadá. Se trata de un espacio geopolítico de importancia mundial. Tiene un territorio de 2.041 millones de km2, 590 millones de habitantes y un producto interno bruto por habitante de 8.300 dólares.
En las deliberaciones se aprobaron la Declaración de Caracas, el Plan de Acción y el procedimiento para el funcionamiento orgánico de la Celac; solamente quedó para resolver más adelante un punto acerca del sistema de toma de decisiones (si se adoptarán por consenso o por votación, y en este caso si se requerirán mayorías especiales). Se resolvió la constitución de una troika que dirigirá las actividades, que durante 2012 presidirá Chile, que organizará la reunión principal del año próximo, secundado por Venezuela (que estuvo a cargo de la reunión de 2011) y Cuba que preparará la de 2013; es un sistema análogo al del G-20.
Los discursos de los presidentes latinoamericanos y del Caribe marcan la futura orientación de la Celac. En particular, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner señaló los temas fundamentales: la soberanía nacional –en especial en el caso de Malvinas–, la crisis financiera internacional, la integración física, el comercio intralatinoamericano, la lucha contra el narcotráfico, la necesidad de instrumentar y ejecutar políticas y medidas concretas y activas. “Mercosur, Unasur y Celac son como un anillo pequeño que se va abriendo en grandes círculos.”
De acuerdo con los mecanismos aprobados, los temas se estudiarán por la troika de la Celac y las conclusiones y recomendaciones de acción se someterán a las reuniones de los presidentes.
La Celac tiene atribuciones muy amplias y forma parte de un nuevo sistema de integración latinoamericano. En cierto modo se continúan las dos orientaciones históricas antagónicas. La primera tiende a la independencia e integración regional, cuya primera manifestación fue el Congreso de Panamá convocado por Bolívar en 1826. La otra posibilidad es aceptar la hegemonía de Estados Unidos, cuyos intentos remontan a la Primer Conferencia de la Unión Panamericana de 1889. En los hechos, la orientación pro Estados Unidos está representada por la OEA y la Junta Interamericana de Defensa, y no es hegemónica gracias a la frustración del Alca. La posición de independencia regional que ahora predomina es la defendida en el plano político por la Unasur y la Celac, y en el financiero por el Banco del Sur. La aparición reciente de estas instituciones es la consecuencia de los regímenes políticos de signo nacional y popular que predominan en la región. Ojalá la Celac actúe con la eficiencia y rapidez de la Unasur.

Fuente: Miradas al Sur - 04/12/2011

CELAC. Arranque de una unión muy deseada

Por el camino de la unidad latinoamericana

Nació en Caracas la primera organización que reúne a todos los estados de América latina y el Caribe y deja afuera a los Estados Unidos. En su comunicado final, respaldó el reclamo argentino sobre Malvinas, exigió el fin del bloqueo a Cuba e impulsó políticas democráticas y de inclusión social para todo el continente.

Por Nora Veiras  (desde Caracas)                                                                                                                                          

Por primera vez todo el bloque se unió y decidió dejar afuera a los Estados Unidos y Canadá. “Que la Celac avance en el proceso de integración haciendo un sabio equilibrio entre la unidad y la diversidad de nuestros pueblos”, reza la Declaración de Caracas.
“No exageramos si decimos que es una jornada histórica.” Su tono chévere tenía motivos: Hugo Chávez sentó a la mesa a treinta presidentes, a un vicepresidente y a dos cancilleres. Durante dos días estuvieron en Caracas debatiendo para darle vida a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac). Por primera vez todo el bloque se unió y decidió dejar afuera a los Estados Unidos y Canadá. En línea con lo que había advertido la presidenta argentina, Chávez antes de cederle la palabra a Sebastián Piñera, el nuevo presidente pro témpore de la Celac, advirtió que “ahora todo esto no puede quedar en papel, tenemos el compromiso de actuar, de prender motores”. La priorización de las coincidencias y la convicción de aprovechar en “beneficio propio y no en contra de otros” las potencialidades económicas en un mundo en crisis signaron las exposiciones mechadas con comentarios del anfitrión. “Que la Celac avance en el proceso de integración política, económica, social y cultural haciendo un sabio equilibrio entre la unidad y la diversidad de nuestros pueblos”, reza la Declaración de Caracas.

El respaldo común al reclamo de soberanía argentino en las Islas Malvinas, el repudio al bloqueo económico financiero a Cuba y la defensa de la democracia como requisito para integrar la Celac fueron sólo algunas de la veintena de declaraciones que emitió el cuerpo. Chávez, munido de un martillito de madera, dio un golpe ante la aprobación unánime de cada documento. La única disidencia se zanjó con una postergación: los presidentes no se pusieron de acuerdo sobre si las decisiones se debían tomar por consenso o debían ser sometidas a votación. Rafael Correa (Ecuador), Chávez, Raúl Castro (Cuba) y Evo Morales (Bolivia) encontraron la fórmula: mantener el criterio de consenso hasta que la próxima cumbre de Chile resuelva el tema. Correa era uno de los más críticos al criterio del consenso. Para diplomáticos argentinos ese mecanismo garantiza igualdad en un escenario donde la heterogeneidad de los países es muy grande.


Sucesión
La Celac queda en manos de una “troika”, así denominó Chávez al trío encargado de darle actividad al bloque hasta el próximo plenario que tendrá lugar en Chile. “Con el comandante Chávez y con el comandante y presidente Raúl Castro formamos una troika. ‘Viva la diferencia’ como dirían los franceses. Pensamos distinto, en una de esas podemos acercar posiciones”, dijo Piñera. Castro sucederá al presidente de Chile. La armonización de intereses tan divergentes requerirá de la maestría de los ingenieros de esta nueva estructura. En la Celac conviven países bloqueados por los Estados Unidos como Cuba, con otros que avanzan en Tratados de Libre Comercio como Chile, Perú, Colombia y México y otros con una dependencia histórica de esa relación como gran parte de las islas caribeñas.


Intereses
El presidente ecuatoriano fue el más frontal al cuestionar el rol de la Organización de Estados Americanos (OEA). “Necesitamos un nuevo sistema interamericano. La OEA ha sido históricamente capturada por los intereses norteamericanos. Esto la convierte en poco confiable para los tiempos de América latina”, dijo y abundó en que “sólo por la actitud que tuvo durante el conflicto de las Islas Malvinas merecería desaparecer”. Correa eligió como segundo tópico de su ponencia a los medios de comunicación concentrados. Remarcó que es un defensor absoluto de la libertad de prensa pero no de la “mentira”. Advirtió que el “poder fáctico planetario que constituyen los monopolios intenta reemplazar el Estado de Derecho por el Estado de Opinión y expresa los intereses del gran capital”. Chávez recordó cómo los medios habían jugado a favor de su derrocamiento en el golpe que lo sacó del poder en 2002. Evo Morales también señaló que su principal oposición la representan los medios.

El nicaragüense, Daniel Ortega, que acaba de ser reelecto, repudió el rol de los Estados Unidos en la región y la sucesión de bombardeos a Siria y a Libia. “Las potencias no tienen reparos en defender sus intereses cometiendo delitos de lesa humanidad”, repitió. Chávez se preguntó entonces “qué hubiera sido de América latina si los Estados Unidos no hubieran promovido tantos golpes de Estado”.

Poco antes, Chávez le había dado la palabra al “presidente de Honduras, Porfirio Lobos”.
–A propósito, ¿cómo está el amigo Mel Zelaya? –siguió el venezolano ante la incomodidad de Lobos, que terminó presidente tras una elección condicionada luego del derrocamiento de Zelaya.
–Muy bien, me pidió que le mande saludos. ¡¡Qué bien se lo ve!! No parece que estuviera enfermo –devolvió el hondureño y pasó a hablar de las bondades de la integración regional.

El colombiano Juan Manuel Santos se hizo cargo del pedido de las FARC y ELN para que la Celac intercediera en el proceso de paz. “La paz es una cuestión de Colombia, tengo la mejor predisposición a sentarme si advierto que ellos están dispuestos a conversar seriamente. Agradezco a la Celac”, dijo tras recordar el asesinato de cuatro rehenes hace pocas semanas. El colombiano también aludió a la necesidad de afianzar el comercio intrarregional, tal como había planteado Cristina Kirchner en la convicción de darle contenido concreto a la integración y señaló que “ahora no es como antes que todas las inversiones venían de los Estados Unidos”. Chávez instó a formar un Fondo de Reservas “con aporte de todos los países de la región. ¿O no confiamos en nosotros? ¿Confiamos más en la banca de Basilea?”.

“Uno de cada diez habitantes del mundo vive en la región de la Celac, crecimos a un promedio del 5,6 por ciento el año pasado y este año al 5 por ciento. La Celac es fundamental, muchos piensan que solos se puede andar más rápido pero juntos podemos llegar más lejos y seguros. Hoy, la unidad es el camino”, sintetizó Piñera, el empresario chileno que llegó a la Presidencia y quien las vueltas de la historia lo colocaron junto a Chávez y Castro en el vertiginoso proceso de diseño de este nuevo organismo.

Fuente: Página12 - 04/12/2011

02 diciembre 2011

Más allá del liberalismo y el revisionismo

LA HISTORIA EN CUESTION

Por María Pía López *


La discusión acerca de la pérdida, en algún cajón del escritorio de Mitre, de la copia de un Plan de operaciones para el Río de la Plata que habría escrito Mariano Moreno, ponía en escena el procedimiento para constituir una historia ejemplar.

Jean Pierre Faye comienza un libro monumental sobre Los lenguajes totalitarios, afirmando la centralidad de las narraciones: “ya que la historia no se hace más que narrándose, una crítica de la historia no puede realizarse más que relatando cómo la historia, al narrarse a sí misma, se produce”. Y es claro que allí introduce un doble juego, a partir de los, por lo menos, dos significados de la palabra historia: el que refiere a los hechos y el que remite al relato –o a la disciplina de conocimiento. Desde hace unos años, se preserva la palabra historiografía para mencionar los estudios e historia para aludir a los sucesos. Pero el léxico no alcanza para disociar algo que no puede disociarse, aun entre los más confiados militantes del dato positivo: y eso es que el relato sobre el pasado, las interpretaciones, son constitutivos, interiores, a los hechos del presente. Incluso cuando se pretendan a sus espaldas, la propia renuencia los vuelve actores de una escena a la que desdeñan.
Las sociedades requieren la narrativa del pasado. Ya sea bajo la forma de memoria, de símbolos comunes, de relatos escolares o de texturas míticas. Lo sabía Mitre cuando participa de la Galería de celebridades argentinas e impulsa una suerte de santoral patriótico, destinado a una pedagogía cívica y, a la vez, a una división maniquea de lo moral y lo inmoral. Incluso lo sabía más que Sarmiento, que no podía dejar de adosar a sus confrontaciones una extrema apuesta literaria, que lo volvía, rápidamente, objeto de desconfianza porque quedaba a la vista –a primera vista– que lo suyo no eran los datos sino la enfática presentación de los problemas para despertar de ese modo voluntades adormecidas. Mitre cultiva la reticencia, probablemente más efectiva. Mientras hace el ademán de sustentarse en los datos y documentos.
El revisionismo se desplegó discutiendo esa presunta relación y señalando hasta qué punto era un sendero cargado de omisiones y malinterpretaciones. La discusión acerca de la pérdida, en algún cajón del escritorio de Mitre, de la copia de un Plan de operaciones para el Río de la Plata que habría escrito Mariano Moreno, ponía en escena el procedimiento para constituir una historia ejemplar. En esa confrontación se fue desplegando una narrativa con más gusto por la inversión de las hagiografías mitristas que por el debate sobre la armazón en la que esta se sustentaba. Tanto en lo que hace a la idea de una intencionalidad que organiza los acontecimientos como en la imagen de una división moralizante y maniquea. La nación y la antinación sería el eje organizador de un mundo de experiencias, trayectos biográficos y confrontaciones bastante más ambiguos en su existencia que en su relato.
La narrativa revisionista es muy potente porque recrea la potencia de su adversaria, pero le agrega la denuncia al ocultamiento y la malversación. No son relatos superfluos en sociedades que recuerdan su pasado como hitos de injusticia. La historia académica contemporánea –que produce interesantes líneas de interpretación, dentro de las instituciones universitarias y de investigación que no pueden señalar el apoyo estatal como escuálido– ha tratado de aliviarse de los sayos anteriores y producir un conocimiento menos apremiado por las pretensiones del presente.
No quiso ser revisionista pero tampoco mitrista. Y quizás en esa negación que le abrió caminos productivos en la renovación historiográfica, está su dificultad para incorporarse a los debates contemporáneos. Porque cuando lo hace, como puede verse en la carta de Hilda Sábato, Juan Suriano y Mirta Lobato –y en la suerte de adhesión que a sus argumentos hace Beatriz Sarlo en La Nación–, realiza un ademán escandalizado e interpreta una discusión sobre las narraciones pertinentes o deseables sobre el pasado como una amenaza totalitaria o un peligro. Luego de los muchos intentos de autonomizar el campo historiográfico y de considerar rota la doble herencia liberal/revisionista, cuando deciden intervenir, lo hacen comprendiendo la historia como moral y previendo una relación inmediata y profunda entre los relatos y los hechos políticos. Pero si creían esto, ¿por qué tanta prescindencia de esfuerzos en desplegar narrativas complejas capaces de interpelar no sólo al lector experto sino al ciudadano, narrativas capaces de conjugarse con la vida pública argentina?
El neo-rrevisionismo sí lo ha hecho, y no ha evitado la apuesta a los lenguajes comunicacionales más recientes para desplegar su posición por la historia. No son pocas las discusiones que algunas intervenciones desplegadas desde sus militantes merecen, pero es claro que aquello que incita a un debate tiene un valor que la mera reproducción de las lógicas anteriores –que generan confortables inscripciones en la reproducción del círculo académico– no tiene. En términos públicos. Hasta hace unos años –no conozco los criterios 2011 de evaluación– la escritura de artículos para medios de comunicación o revistas sin referato era motivo de malas puntuaciones en el CONICET: es decir, bajaba la consideración de los artículos publicados en lugares adecuados, como una mancha contaminante que mostraba que lo legítimo era sólo una parte de los intereses. ¿Por qué la alarma ante una institución que alojaría a cultores de una historia no académica, que hacen de sus narrativas una intervención pública persistente?
Mucho para discutir, decía, porque no se puede aceptar con comodidad, en estos tiempos tan complejos y nuevos de la Argentina, la afirmación de un relato moral y ejemplar. Menos aun que se sustente sobre un nacionalismo empobrecido y empobrecedor, que usa como criterio de valoración el origen territorial, como se desprende de las intervenciones realizadas, en estos días, por Pacho O’Donnell.
Nuestra cultura, la de los países de América Latina, estaría en riesgo: porque muchos de sus momentos intensos y creativos fueron desplegados en relación a la traducción y al intercambio. Lo hizo el movimiento antropófago en el Brasil de los ’20 cuando arrojó “tupi or no tupi: that is the question”, y allí la lengua shakespereana se parodiaba y extremaba en la fundación de una vanguardia indigenista. Antes lo hizo Mariano Moreno con la traducción del Contrato social de J.J. Rousseau y su conversión en texto escolar. O José Artigas leyendo con atención al federalismo norteamericano. Y más an, José Carlos Mariátegui, quien pudo ser llamado el primer marxista latinoamericano, porque supo apostar al socialismo sin calco ni copia.
Y se ve que ya estos nombres implican una apuesta y un problema. O varios. Porque el flamante Instituto Dorrego planea el estudio de ciertas biografías y obras, y omite otras. Por ejemplo, sí Haya de la Torre y no Mariátegui. ¿Cuáles serían las razones para que una de las obras más originales y profundas de América Latina sea omitida? Omisiones, pero también secuencias que merecen un desmenuzamiento detenido, porque incorporan al rosismo en una serie que es claramente legitimadora, omitiendo considerar la lógica de constitución del poder, la relación con el mundo indígena y una ampliación del carácter latifundista de la propiedad de la tierra, que lo ponen en las antípodas, por ejemplo, de la experiencia artiguista en la Banda Oriental.
Cada uno de estos temas merece una amplia discusión. En la que sin dudas se requerirán documentos, narraciones y textos también extranjeros. Ni alarma, entonces; ni estrechez nacionalista: la cultura argentina tiene profundas reservas de pensamientos activos, capaces de leer con agudeza lo que no produce pero también de ejercer los necesarios desvíos. Allí, en nuestro pasado reciente, están las sagaces lecturas de John W.Cooke para evidenciarlo. Pero esa complejidad y esa asunción de la riqueza que tenemos como lectores no provincianos (y ahí recordemos, una vez más, a Borges), es lo que nos permitirá constituir relatos sobre el pasado tan profundos e innovadores como el presente que los requiere.

* Socióloga y ensayista y docente de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).
Fuente: Tiempo Argentino - 01/12/2011

29 noviembre 2011

España. El remedio, peor que la enfermedad

Camino al abismo por la vía del ajuste                                                          

Los especialistas remarcan que en España no se vive una crisis de origen fiscal sino financiero. Por lo que el “remedio” de una mayor disciplina en las cuentas no va a aliviar su déficit, el cual es endógeno al nivel de actividad.

Es necesario un Plan Marshall


Por Alejandro Fiorito *

Con cinco millones de desocupados, España logra un nuevo record al llegar a una tasa de desocupación de 21,5 por ciento en el tercer trimestre del año, mientras que profundiza los incentivos a emigrar. El año pasado superaban el millar por mes en la búsqueda laboral en Argentina, como destino principal. El pensamiento económico prekeynesiano actual asume determinaciones teóricas que confunden moneda doméstica y divisa, lo fiscal y la cuenta corriente, economía doméstica con macroeconomía, se suponen inflaciones tautológicas por demanda y crecimientos por expectativas positivas derivadas de un ajuste fiscal que devendría –nadie dice cómo– en expansión del PIB, y otras causalidades.
En primer lugar, tanto en España como en la Zona Euro no se vive una crisis de origen fiscal (el balance se mantuvo acotado hasta la crisis de 2007) sino financiero. Países con balanzas fiscales superavitarias, entraron en déficit luego de la crisis financiera. España pasó de un 2 a -10 por ciento en el 2010. Por lo que el “remedio” de una mayor disciplina fiscal no va a aliviar su déficit, el cual es endógeno al nivel de actividad. El centro obtuvo para sí ventajas competitivas con menores costos salariales generando superávit comerciales en detrimento de la periferia europea. España llegó a tener la mitad del déficit comercial sólo con Alemania y, euro mediante, no puede ser corregido con devaluaciones.
La periferia intentó su “catch up” creciendo más rápido y por lo tanto perdiendo competitividad frente al centro con mayor inflación. La burbuja inmobiliaria en España agregó una mayor dinámica que fue financiada por un mayor endeudamiento desde el centro: al respecto circulaba un chiste en España, donde un prestatario podía intentar pedir un crédito tan grande como para comprar al mismo banco prestamista.
En segundo lugar la rigidez que impone una moneda sin Estado emisor detrás, impide tener política monetaria propia para España y cómo devaluar para corregir costos laborales mayores, por ende ante ambos déficit sólo crecerá la relación deuda-PIB elevando el riesgo de su deuda. Dicha relación fue baja (36,1 por ciento) hasta la crisis en 2007 luego de la cual se disparó al 65 por ciento. El ajuste fiscal no puede estabilizarla dado que la deuda puede caer con el ajuste, pero también lo hace multiplicadamente el PIB. De tal suerte que tampoco maneja las tasas de interés, las que dependen de una decisión política del BCE. Bajo el euro, ¡España y otros periféricos pueden entrar en default aun con deudas nominadas en su propia moneda!
Los problemas del euro para los países periféricos tienen solución si el Banco Central Europeo compra su deuda nominada en euros, como prestamista de última instancia, y mantiene sus tasas de interés a la par con las de Alemania. Las trabas son políticas y no técnicas, pero la actitud de Alemania evidencia una falta de interés en ser artífice de una integración económica o “keynesianismo regional”, basado en exportaciones hacia fuera e importaciones desde dentro de la región.
Políticamente es necesario un Plan Marshall que compre toda la deuda de la periferia e integrarse en una sola unidad de pagos o bien salir de la unión monetaria para tener moneda doméstica. La alternativa será exportar gente en medio de una lenta y persistente agonía económica deflacionaria. Ya en los ‘90 economistas heterodoxos de fuste como Wynne Goodley y Massimo Pivetti explicaban por qué los objetivos del tratado de Maastricht –acuerdo constitutivo de la Zona Euro– fracasarían con la aceptación de la independencia de los bancos centrales y la total liberalización financiera, en el marco del impertinente concepto de Areas Monetarias Optimas. De sus críticas surge que lo último que debería hacerse en cualquier proceso de integración económica es la unificación monetaria (¡si es que no puede evitarse!).
Se observa en España que el contexto social y político condiciona a los economistas –aun los heterodoxos, que parecen confundir la UE con Eurozona–, “salir del euro y volver a la peseta es como volver al feudalismo” se oyó decir el año pasado un economista heterodoxo español. Y sin ningún canal lógico causal de cómo se espera crecer a partir de ajustes recesivos, las concepciones económicas convencionales españolas parecen ser materia de fe, paradójicamente el presidente electo Mariano Rajoy se permitió un dejo materialista cuando afirmó que en esta coyuntura de España “no va a haber milagros”. Y es de suponer que ¡nada mejor que un partido confesional para dirimir estas lides!

* Investigador y docente del Grupo Luján, UNLU y UBA.

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Lecciones del caso español

Por Fernando Groisman *

La magnitud de los efectos adversos sobre el empleo que la crisis internacional viene mostrando en las economías europeas forma parte de un escenario francamente novedoso cuando se lo analiza a la luz de lo que acontece en las economías latinoamericanas. Tal contraste obliga a profundizar el debate sobre el rol que puede jugar el Estado en los mercados de trabajo. Especialmente porque la incertidumbre sobre el alcance y duración de la crisis no asegura que América Latina se encuentre inmune a eventuales coletazos.
Para ello es un ejercicio ilustrativo comparar la situación en nuestro país y en España. La desocupación en Argentina se halla algunas décimas por encima del 7 por ciento mientras que la de España trepó al 21,5 por ciento en el tercer trimestre de 2011. Así, prácticamente 5 millones de personas que buscaron trabajar no lograron hacerlo en esa economía. El panorama no se muestra alentador para los próximos meses en los que se espera que esta marca se incremente todavía algo más. La angustiosa situación puede justipreciarse si se tiene en cuenta que un guarismo semejante fue alcanzado por la Argentina recién en la primera medición efectuada con posterioridad a la gran crisis de fines de 2001. Efectivamente, en mayo de 2002 la tasa de desempleo fue exactamente de 21,5 por ciento mientras que la de octubre de 2001 se había ubicado en 18,3 por ciento.
Frente a la gravedad de la situación en el país ibérico, en septiembre de 2010, se introdujeron una serie de cambios en las normas laborales. Puede decirse que la orientación de la reforma consistió, esencialmente, en reducir los costos laborales. Entre los aspectos sobresalientes se encuentran la disminución de los montos destinados a indemnizaciones y la flexibilización de la jornada de trabajo por causas económicas. Sin embargo el resultado alcanzado fue, además de la fuerte oposición de los sindicatos y el descontento social exacerbado, el aumento de la tasa de desempleo en 8,8 por ciento entre los terceros trimestres de 2010 y 2011.
En nuestro país se aplicaron diversas modificaciones a las normas laborales durante los años noventa que estuvieron inspiradas en el mismo paradigma. Desde esta concepción las regulaciones protectoras del empleo reducen la rentabilidad de la firma y por lo tanto conducen a menores contrataciones y/o a la evasión de las leyes laborales vigentes. Además suele señalarse que en un contexto de competencia internacional tales costos reducen la competividad reforzando los efectos negativos sobre el empleo. Se requiere por lo tanto que los costos laborales caigan como paso previo al aumento de la producción.
Recuérdese, por ejemplo, que en 1995 –para contrarrestar los efectos de la denominada “crisis del tequila”– se introdujo por primera vez en la legislación argentina el período de prueba en la relación laboral (con una duración de 90 días y sin la obligación de realizar las contribuciones a la seguridad social) y se realizaron importantes cambios en el sistema de cómputo del monto de las indemnizaciones. Contrariamente a los argumentos esgrimidos para su implementación, entre 1994 y 1997 la tasa de desocupación no se redujo y la incidencia del empleo precario –aquel que no está registrado en la seguridad social y que se pretende eliminar– se incrementó en un 30 por ciento.
Ante tal panorama cabe interrogarse si frente a caídas en el nivel de actividad económica –o para prevenir las mismas– es eficaz reducir los estándares laborales para permitir que las empresas gocen de un mayor margen de maniobra para mejorar la eficiencia productiva y, a partir de allí, reiniciar el ciclo expansivo aumentando el empleo y los salarios.
Existe numerosa evidencia y una amplia literatura, que incluye entre otros al Premio Nobel Joseph Stiglitz, que señala que debe realizarse exactamente lo opuesto. En efecto, la productividad se acrecienta si las remuneraciones a los empleados aumentan. Los salarios de eficiencia, tal el nombre de este enfoque, promueven un mayor compromiso y esfuerzo por parte de los trabajadores y reducen el ausentismo y la rotación laboral.
El entorno normativo también puede contribuir a alcanzar este objetivo. En efecto, las normas que resguardan el empleo –por ejemplo las restricciones al despido– pueden incitar la inversión en mejoras tecnológicas y en capacitación de los trabajadores. Asimismo, los vínculos de largo plazo entre trabajadores y empresas tienen efectos benéficos sobre la productividad al facilitar el reconocimiento y conquista de objetivos económicos comunes. Factores todos ellos que contribuyen a lograr avances sostenibles en la productividad.
Durante los últimos años, ha habido suficientes ejemplos en la economía local que confirman que tales medidas no provocan disminuciones en la demanda de empleo. Forman parte de esa lista la doble indemnización (que se mantuvo vigente el decenio pasado hasta que la tasa de desocupación fue inferior al 10 por ciento en 2007), los sistemáticos aumentos en el salario mínimo y la dinamización de las negociaciones colectivas. Vale la pena recordar estos antecedentes pues es frecuente que prolifere la tentación de recurrir a reducciones en los estándares de protección del empleo y a ajustes en los costos laborales como estrategias para mejorar la rentabilidad de las firmas.

* Investigador del Conicet y de la UBA.

Fuente: Página 12 – Producción: Tomás Lukin - 28/11/11

España: Transición sin respiro

Calendario infernal de Rajoy
para calmar a la UE

La crisis del euro y la recesión de la eurozona no dejarán ni un minuto de tregua al nuevo Gobierno. El mercado presiona y está forzando al futuro presidente a acelerar sus planes para evitar que la especulación deteriore aún más la economía. La duda es si hará los deberes

Por Mar Díaz-Varela

      Hasta que Mariano Rajoy tome posesión de su cargo como nuevo presidente del gobierno queda casi un mes de infarto. En política no hay huecos y su silencio lo ha llenado la especulación sobre sus planes. La pregunta que se hacen todos los círculos económicos y financieros es si Rajoy podrá aguantar hasta más allá de mediados de diciembre, cuando está previsto que finalice el debate de su investidura como presidente del gobierno. Los mercados intentan imponer su regla: quieren resultados y los quieren ya. Han demostrado que no respetarán los “cien días de gracia” para el nuevo equipo.
      La razón, como explica un destacado observador económico, es que “en medio de un tsunami, aunque se saque a pasear al santo, sigue lloviendo”. Las decisiones no dependen de lo que se haga en España sino en Bruselas con permiso de Berlín, y de las consideraciones que hagan los inversores.
      La vicepresidenta económica en funciones, Elena Salgado, ha sido rotunda al afirmar que el gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero no pedirá la intervención, porque como le gusta decir: “La intervención se pide”. De entrada, afirma convencida que va a cumplir el objetivo de déficit público comprometido ante la Comisión Europea en el Plan de Estabilidad y que supone reducirlo al 6% del PIB en el 2011.
      Así se lo ha prometido el mismo Zapatero a Rajoy. El objetivo es hacer un traspaso de poderes modélico. Es decir, que dada la gravedad de la situación, no se repetirán episodios como el de Castilla-La Mancha, protagonizado por el equipo de la presidenta autonómica y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Todo lo contrario. El nuevo equipo sabe que la dinámica de aflorar los llamados déficits ocultos es perversa, tanto como pegarse un tiro en los pies. Rajoy ha recibido a los banqueros y su equipo confía en una solución en la eurozona tras el pacto logrado entre Merkel y Sarkozy para la cumbre del día 9.
      La situación se agrava porque, como explica Luis de Guindos, secretario de Estado de Economía con el anterior gobierno del PP, las condiciones en las que se ha llegado esta vez a la Moncloa son muy distintas a las de 1996. Entonces, el anterior ministro de Economía Pedro Solbes había culminado el saneamiento de las cuentas públicas y la economía salía de la recesión. Ahora, la economía española, igual que la europea, está en crecimiento negativo. “Con la diferencia de que nuestros vecinos europeos han tenido un respiro y nosotros no hemos tenido tiempo de recuperarnos y ya estamos inmersos en la siguiente”. Ya es un hecho que la economía decrece, como certificarán a lo largo de la semana los gabinetes de estudios.
      La gran crisis que vivimos desde el 2007 ha sufrido una nueva mutación. Empezó como crisis hipotecaria, se convirtió en crisis bancaria, luego de de deuda, después en recesión y ahora es la crisis del euro. Mientras se resuelve, Rajoy tiene sobre la mesa otros problemas. Una nueva vuelta de tuerca a la reforma financiera que vaticina nuevas fusiones; una reforma laboral que acabe con la sangría del paro, y el ajuste de las cuentas públicas. En la otra cara de la moneda está la apelación al Fondo Monetario. La intensidad del cambio quedará reflejada en la primera norma que tiene que aprobar el Gobierno: la prórroga de presupuestos.

El paro seguirá creciendo

      El paro seguirá aumentando durante el 2012. Así lo afirman los principales expertos que estiman entre 400.000 nuevos desempleados según Agett-AFI o los 350.000 estimados por Funcas. Esta es la razón por la que el ex secretario general de Comisiones Obreras José María Fidalgo ha advertido al futuro presidente del Gobierno que tenga cuidado con el efecto social del ajuste.
      Hay consenso en que la reforma laboral del Gobierno de Rodríguez Zapatero no ha dado resultado. No ha conseguido cambiar el sistema de “santa Rita, Rita, lo que se da no se quita”, como define José Antonio Sagardoy la legislación actual. El resultado es evidente. A las empresas les sigue compensando despedir y dejarse de problemas.
      Pero tampoco ha facilitado la contratación. Hay 37 modalidades distintas, pero como afirma el secretario general de la CEOE, José María Lacasa, es un sistema tan garantista que es imposible que el dueño de una tienda de ultramarinos llegue a un acuerdo con la vecina del tercero para que le cuide unas horas el establecimiento y ampliar el horario de apertura. El resultado es de sobras conocido. Las empresas no se atreven a contratar.
      Pero es que, además, no nos engañemos, afirma Pablo Vázquez, director ejecutivo de Fedea, sin actividad económica no hay empleo, porque los empresarios contratan cuando ven expectativas de que van a producir más y no estamos en esta situación, sino todo lo contrario.
      El resultado es que el paro seguirá subiendo. Ha pasado el rubicón de los 5 millones en términos de EPA y apunta a 5,32 o 5,4 millones. Todo depende de la evolución de la población activa. En este sentido, la actualización del censo demográfico dará un respiro a las cifras de desempleo. Permitirá evaluar el “efecto regreso”. Es decir, cuántos de los cinco millones de inmigrantes se han marchado con la crisis. De momento, sólo sabemos que el número de afiliados extranjeros ha disminuido en 230.000 (hasta 1,7 millones) en estos cuatro años. Los aviones de Iberia llegaban de Latinoamérica llenos y volvían vacíos, pero la tendencia se ha invertido y la llegada de pateras ha sido casi, casi “testimonial”.
      Por todo ello la reforma que se prepara desde el PP va dirigida a facilitar la contratación, flexibilizar la actividad empresarial y modificar la situación del seguro de desempleo.

Drástico ajuste de gastos

      La primera norma que tiene que aprobar el nuevo gobierno antes de final de año es el decreto ley de prórroga de los presupuestos generales del Estado para el 2012. El presupuesto ajustado deberá ser compatible con una reducción del déficit hasta el 4,4% del PIB. De entrada, esto supone un recorte de 17.500 millones de euros, cifra que puede aumentar si el gobierno saliente no cumple como había prometido la reducción del déficit hasta el 6% del PIB. El director del centro para el sector financiero de PwC-IE, Luis de Guindos, estima que el recorte será de 50.000 millones.
      La clave será el futuro de las retribuciones de los funcionarios. La principal medida de ajuste del PP cuando llegó a la Moncloa en 1996 fue la congelación del capítulo I. Sin embargo, la situación es más “dramática” ahora, según el calificativo que emplean los técnicos del Banco de España. Si tomamos como referencia la actuación de los gobiernos europeos: se han recortado pagas extra, pluses de productividad y, en definitiva, un recorte de la masa salarial. Hay que tener en cuenta que esta decisión es vinculante para todas las administraciones territoriales y las empresas públicas. Hasta el propio gobierno socialista se había planteado un ajuste salarial para los altos cargos si se desbocaba el déficit.
      Además, el decreto deberá incluir la revalorización de las pensiones. Si Mariano Rajoy cumple su promesa electoral, las actualizará con el IPC de noviembre, como dice la ley, lo que supone un aumento de gasto de 3.500 millones que deberá recortar de otra partida.
      El decreto debe incluir la previsión de ingresos, imprescindible para definir las entregas a cuenta a las autonomías y ayuntamientos. También tiene que definir las instrucciones para la prórroga de los créditos que tienen vigencia durante el 2012.
      Nadie duda de que no se deflactará la tarifa del IRPF y de otras tasas e impuestos. Esto supone una subida de la presión fiscal en frío. La opción de subir algún tipo impositivo, y en concreto el IVA o hidrocarburos, dependerá de los resultados de ejecución presupuestaria que se conocerán el martes, que permitirán calibrar la magnitud del desplome de ingresos en el 2011. El desarrollo de la reforma de la Constitución, las reformas financiera y laboral, aunque se anuncien como parte de un plan de un ajuste a medio plazo, no son tan urgentes.

Fuente: La Vanguardia (España) - 27.11.11

Impactos de la crisis internacional

Dique de defensa que resiste la crisis

Por Tomás Lukin
LA INESTABILIDAD FINANCIERA INTERNACIONAL PROVOCO UNA CAIDA GENERALIZADA DE RESERVAS EN ASIA Y LATINOAMERICA. ARGENTINA, ADEMAS, PAGA DEUDA

La debacle económica de Estados Unidos y Europa precipitó una pérdida de reservas en países emergentes que han estado acumulando en cantidad durante años, precisamente para amortiguar shocks financieros externos. Sin pagos de deuda, Argentina tiene saldo positivo.
En Argentina entre 2003 y 2010 las reservas pasaron de 14.000 a 52.000 millones de dólares y hoy se encuentran en 46.000 millones. Pese a lo que difunden analistas y economistas de la city respecto de que el país es uno de los pocos que está perdiendo reservas, ese retroceso se registra en muchos otros, incluso en potencias como China, Rusia y Brasil, debido a la crisis internacional. Desde hace varios años, la acumulación de reservas internacionales se ha transformado en una estrategia defensiva para ampliar los márgenes de respuesta de la política económica. Por eso, a lo largo de la última década se registró un sostenido incremento en las tenencias de reservas que superó el 150 por ciento en términos globales. Ese comportamiento estuvo motorizado por países asiáticos y latinoamericanos, que experimentaron crisis financieras desde fines de los ’90. En esos países el ritmo de crecimiento de esos stocks duplicó la media total. El atesoramiento de reservas en las bancas centrales facilita la administración del tipo de cambio, ofrece un autoaseguro frente a las corridas cambiarias y modificaciones súbitas en los flujos de capitales, reduce la vulnerabilidad externa, permite a los países contar con un prestamista de última instancia en moneda extranjera propio y disuade presiones devaluatorias y ataques especulativos.

Ese proceso de acumulación precipitó el debate sobre qué hacer con los fondos que superaban cualquier criterio técnico utilizado para definir la cantidad suficiente de reservas. Algunos países crearon fondos soberanos, como China, Arabia Saudita y Corea del Sur. Argentina destinó una porción al pago de deuda externa. Brasil decidió financiar exportaciones, mientras que India y Ecuador realizan obras de infraestructura. En los últimos meses de 2011, la mayor incertidumbre global se tradujo en una salida neta de capitales desde los países emergentes, como China, Rusia, India, Indonesia, Singapur y Brasil, que se tradujo en una reducción de sus reservas. Argentina no fue la excepción: la profundización de la crisis internacional, las presiones cambiarias internas junto con el pago de deuda con reservas redundaron en una caída de esos activos del Banco Central.

A comienzos de mes, el sitio web de The Economist publicó un ilustrativo gráfico titulado “¿Pasajero o tendencia?”, que refleja la caída de reservas en la mayoría de las economías emergentes para el bimestre agosto-septiembre, cuando los inversores internacionales volvieron a emprender una retirada masiva de esos mercados (www.econo mist.com/blogs/dailychart). En ese período, las abultadas reservas de la autoridad monetaria china cedieron 62 mil millones de dólares, más que la totalidad de las reservas argentinas. Esa caída representó un 1,9 por ciento del total de su stock ya que el Banco Central de China acumula 3,2 billones de dólares en activos. No obstante, las reservas de la economía oriental experimentaron solamente dos caídas porcentuales más grandes, en mayo de 2010 y diciembre de 2003.

Las reservas rusas ocuparon el segundo lugar en magnitud, al ceder más de 22 mil millones, el 4,7 por ciento del total. Rusia acumuló a lo largo de los últimos años 525 mil millones de dólares pero la crisis estructural de la Zona Euro, los movimientos especulativos sobre las economías periféricas de la región y los cambios en la cotización de las divisas que componen su cartera de activos resintieron ese stock. En mayo las reservas rusas habían llegado a caer 10.300 millones en una semana. El contagio de la incertidumbre financiera se extendió a la economía de Ucrania, uno de los primeros países en aplicar medidas de ajuste a cambio de un paquete de ayuda del FMI en 2008. Ese país perdió el 8,5 por ciento de sus reservas entre agosto y septiembre.

E
l país que perdió más reservas en términos porcentuales en ese bimestre fue Estonia. Pese a que la crisis ya estaba declarada, el deteriorado país báltico se unió al euro a principios de año. En ese momento el Eesti Pank, su banca central, entregó sus 146 millones de euros de reservas al Banco Central Europeo para su administración. Los activos denominados en otras monedas que quedaron en manos de los estonios cayeron 18 por ciento.

Indonesia, Singapur, Polonia, Ecuador, República Checa, Egipto y Letonia perdieron entre 10 y 5 por ciento de todas sus reservas entre agosto y septiembre. Para ese período Argentina se ubica en la mitad de la tabla. Cedió el 3,1 por ciento de sus reservas internacionales y en el Banco Central enfatizan que en ese momento se pagó a acreedores privados la anteúltima cuota de capital e intereses del Boden 2012 por una cifra cercana a los 2200 millones de dólares. Entre los países que menos reservas cedieron en términos porcentuales, por debajo del 3 por ciento, figuran Brasil, Su-dáfrica, Turquía, Corea del Sur, Taiwan e Israel. A su vez, otras economías registraron un incremento en sus activos. El aumento en el precio del petróleo se tradujo en un incremento cercano a los 18 mil millones de dólares de las reservas de Arabia Saudita (3,2 por ciento del total). En Chile el stock creció 4 por ciento, mientras que México, Colombia y Perú mantuvieron casi sin variación sus reservas. En esos países, a diferencia de Argentina, el Banco Central no interviene activamente en el mercado para reducir la volatilidad del tipo de cambio nominal y preservar un tipo de cambio real competitivo.

La situación relativa del stock de reservas argentino desmejora cuando se extiende el análisis hasta comienzos de año. Las presiones cambiarias, la fuga de capitales y la reducción del superávit en cuenta corriente –principal fuente de acumulación de reservas– producto del incremento en las importaciones y la remisión de utilidades y dividendos de las multinacionales limitaron el proceso de acumulación de reservas.

Entre enero y noviembre, la caída de las reservas internacionales del BCRA superó los 6100 millones de dólares. El stock comenzó el año arriba de los 52 mil millones de dólares y hoy se ubica levemente encima de 46 mil millones. Durante su intervención en la Conferencia Industrial de la UIA, la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, señaló que en ese período se utilizaron 7656 millones de dólares para el pago de vencimientos de deuda externa con acreedores privados y organismos multilaterales. Así, la variación de reservas neta de la política de desendeudamiento es positiva: 1500 millones de dólares.

Junto con la decisión de cancelar deuda externa, este año esos activos fueron utilizados para hacer frente a las presiones cambiarias y a la fuga de capitales. En octubre, el Banco Central intervino activamente en la plaza cambiaria vendiendo más de 1300 millones de dólares para evitar que el tipo de cambio nominal exhiba movimientos bruscos al alza reclamados por grandes jugadores del mercado cambiario.

El stock de reservas deberá hacer frente en diciembre al pago del Cupón PIB por un monto cercano a los 2000 millones de dólares, por lo que posiblemente terminen el año por debajo de los 46 mil millones de dólares. En el directorio del Banco Central reconocen la caída exhibida por las reservas internacionales pero enfatizan que, más allá de ese retroceso, persisten en niveles elevados y estiman que el año próximo volverán a repuntar. “Argentina tiene reservas suficientes, en su totalidad absolutamente líquidas y realizables. Tenemos reservas internacionales de sobra”, concluyó Marcó del Pont ante los empresarios de la UIA el lunes pasado.

En proyecto de Presupuesto Nacional 2012 contempla la posibilidad de utilizar hasta 5674 millones de dólares de las reservas para pagar vencimiento de deuda con acreedores privados. El total de esos pasivos ronda los 6800 millones de dólares. El Gobierno no necesariamente recurrirá al Banco Central ya que dependerá del nivel de reservas disponibles al momento de realizar los desembolsos. Las “reservas de libre disponibilidad”, la parte del stock de divisas que el Central destina al pago de la deuda, dependen de la base monetaria –la cantidad de dinero circulante– y el tipo de cambio. Con esos parámetros, rémora de la convertibilidad, a comienzos de año el Central contará con una limitada “libre disponibilidad” de divisas. Por eso en el Ejecutivo no descartan impulsar una modificación de esos criterios para adecuarlos al actual modelo macroeconómico.tlukin@pagina12.com.ar

Fuente: Página12 - 27/11/2011

26 noviembre 2011

Unión Europea

Una revolución desde arriba

Vlahovic 

por Etienne Balibar

El filósofo francés Étienne Balibar expone que los cambios políticos en Grecia, en Italia y en España son la prueba de que los dirigentes europeos trastocan el equilibrio de los poderes entre la sociedad y el Estado, entre la economía y la política, sin que sepamos qué lugar ocupan los ciudadanos.

¿Qué ha ocurrido entonces en Europa entre la caída de los Gobiernos griego e italiano y el desastre de la izquierda española en las elecciones de este domingo? ¿Una peripecia en la historia de los reajustes políticos que se esfuerzan por correr detrás de la crisis financiera? ¿O se ha superado un umbral en el propio desarrollo de la crisis, que produce que lo que sucede en las instituciones y en su modo de legitimación sea irreversible? A pesar de las incógnitas, es necesario arriesgarse y hacer balance de la situación.
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La nota completa en http://www.presseurop.eu/es/content/article/120580
Fuente: Le Figaro (Francia) - presseurop

Conflictos de baja intensidad
y dilemas de la acción política


Por Federico Montero*

       Quizás no fue exactamente el domingo 23 de octubre, pero sucedió en esa época -parece allá lejos… fue sólo hace un mes- en Hora Clave. Mariano Grondona le preguntó a su invitado Jorge Asís cómo veía los primeros días del gobierno. Asís sonrío y respondió algo así como que, por respeto a la voluntad popular que había elegido un gobierno con más del 50% de los votos, correspondía tomarse 60 días antes de opinar sobre la nueva etapa. Grondona, con mirada perdida, se quedó como esperando algún giro irónico que anudara finalmente el sentido de la frase.
      No pasaron los 60 días de Asís. En la transición hacia el reacomodamiento del gobierno, la agenda de los grandes medios parece signada por una guerra de desgaste, de baja intensidad, que incide en forma oblicua sobre el gobierno, intentando poner en discusión algunos ejes de la política nacional y, de paso, tanteando la posibilidad de reactivar fisuras internas. Entretanto, la oposición política atraviesa una profunda discusión sobre cómo encarar una nueva estrategia en la etapa que se abre. Los propios, un poco incómodos, esperan definiciones mientras discuten reacomodamientos.
      I. Bajo la retórica del “ajuste”, los medios hegemónicos han intentado asimilar situaciones tan disímiles como la de Aerolíneas, las nuevas regulaciones sobre la venta de divisas y la reestructuración del complejo sistema de subsidios.
      Cada uno de ellos merecería una discusión desmenuzada, pero el objetivo de la estrategia discursiva de los grandes medios sobre estos temas es común:
      i) poner en “la mira” – vale también el “semáforo en rojo” o la “medalla de plomo”- al funcionario del área correspondiente, desnaturalizando la verdadera discusión sobre la medida.
      ii) intentar agitar una confrontación con una “base social” supuestamente afectada… que sería, respectivamente: los ahorristas en divisa extranjera, la fracción privilegiada de los trabajadores que ganan por encima de los 20 mil pesos, y los vecinos de Puerto Madero. A fin de cuentas, los sindicatos, la clase media.
      iii) producir, sobre esa base, una fisura interna en el frente político, operando sobre tensiones latentes y naturales de todo proceso político. Es importante aquí que unos y otros sepan poder distinguir la defensa legítima de los intereses inmediatos, con la confluencia estratégica de la construcción política, única garantía incluso para la defensa de esos mismos intereses en el largo plazo. A propósito, las declaraciones de Hugo Moyano, en la UIA, son un ejemplo de la claridad estratégica de la conducción de la CGT. En el mismo sentido, vale la declaración de los trabajadores de Aerolíneas Nucleados en APA-CTA.
      II. Mientras tanto, con los resultados de octubre sobre la mesa, la oposición política parece no estar dispuesta a montarse sobre los ejes que proponen los columnistas de los grandes diarios del domingo. En situaciones más o menos conflictivas, la UCR y el ARI comenzaron una discusión sobre una nueva estrategia política de cara a lo que viene. El propio PRO, que ya había evitado confrontaciones directas en la campaña de la Ciudad de Buenos Aires y de cara a las presidenciales de octubre, negocia con el gobierno nacional, aunque los columnistas los reten.
      Contrariamente a donde suele situarse el eje de la discusión: oposición frontal vs oposición parcial, acompañamiento de lo bueno y distancia de lo malo (con reminiscencias sabatellianas), el punto a destacar es la posibilidad de que la oposición vuelva a construir un discurso propio y romper con el formato de la política mediática. (Ver ¿Colectoras de Magnetto? El formato de la política y la política del formato…).
      Es decir, y aunque suele paradójico, que intenten autonomizar un espacio de mediación política por fuera del discurso de los grandes medios, también para aquellos que no están de acuerdo con el gobierno. Sin dudas, un avance en este sentido no sólo sería saludable para la propia oposición, en términos de reconstruir densidades sociales, sino que significaría un paso adelante en la ampliación real del espacio del debate público.
      III. Toda esta situación acaso pone un poco incómoda a la tropa propia, más acostumbrada a la confrontación directa. Luego del conflicto con las patronales agropecuarias, la delimitación frontal sirvió para reordenar políticamente y construir un nuevo eje de interpelación política, que tuvo su pico en las elecciones de octubre (Ver “La mitad más uno. Cuatro apuntes sobre las primarias”).
      De allí que la estabilidad -convengamos: transitoria- sea un desafío para repensar la práctica militante. El marco del conflicto de baja intensidad y de interpelaciones “oblicuas” representa una oportunidad para complejizar la discusión política y mejorar los argumentos de la juventud, uno de los sectores más dinámicos del kirchnerismo y que más han crecido, evitando “pisar el palito”. Más aún en situaciones enojosas.
      A propósito, cabe recuperar el planteo que hace poco hiciera José Natanson en respuesta a la pregunta ¿Qué le aporta la juventud kirchnerista al kirchnerismo?. La juventud, como estrategia política, puede ser muchas cosas. Siguiendo a Natanson, puede significar, como en los ’70, el intento de constituirse en vanguardia que busque disputar la conducción estratégica del proceso político. También puede constituirse como espacio “generacional” de mero seguidismo del poder, al participar de la “comunidad de negocios”, como fue el caso del “grupo sushi” en la experiencia de la ALIANZA.
      En esa nueva etapa, y aprovechando el conflicto de “baja intensidad” que ubica a algunos de sus referentes como blancos de sus ataques, quizás sea momento para que la juventud, con la acumulación militante y de poder institucional que surge del proceso electoral, profundice otra estrategia política. Un planteo y una acción política que busquen fortalecer la autonomía del centro del dispositivo político, que es la conducción de Cristina, como condición para mantener la unidad del frente nacional. Pero que a la vez sea capaz de comprender y colaborar a encauzar a los compañeros que confundan las necesidades tácticas de un sector con las definiciones estratégicas. Un poco como plantea Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, sobre las “tensiones en el seno del pueblo” que emergieron allí luego de derrotar el intento separatista de la rebelión en Santa Cruz y, tras la victoria electoral. Quizás algo de eso haya también en los desafíos de consolidación de un nuevo bloque en el escenario argentino.

* Politólogo – UBA.
Fuente: http://espacioiniciativa.com.ar - 23/11/2011

Elementos de conciencia ambiental urbana II

Persecuciones a vendedores ambulantes

MAURICIO MACRI
O EL CAPITAN MONASTERIO

Por Hernán Jaureguiber y Gloria Arnao Dellamea *

      En la recordada serie “El Zorro, sobre la que no es necesario agregar mayores datos para quienes peinamos algunas o muchas canas, el bien y el mal se debatían en la primitiva colonia española de California, entre la tiranía encarnada por el archimpopular Capitán Monasterio y los hacendados que pretendían defender sus privilegios ante el atropello del aventurero militar Español.
      Lógicamente, para un conservador como Walt Disney, no fue difícil inclinar las simpatías del guión por los terratenientes, cuyos linajes no resultarían agradables para la audiencia de niños sesentistas, sino fuera porque su voz y su defensa la encarnaba con inolvidable épica un joven de esa clase social, Don Diego de la Vega, quien clandestinizado en la piel del Zorro, luchaba en su corcel y cuando salía la luna.
      El enmascarado, sin perjuicio de defender los derechos de su clase, ganaba el consenso de los oprimidos del régimen militar colonial, defendiendo los mínimos derechos humanos de aquellos criollos, que pisoteados por los funcionarios de la Metrópoli, no tenían mejor fortuna bajo las órdenes de la mita o el yanaconazco de sus patrones de estancias.
      Pero en fin, entre el maltrato y la explotación, Walt Disney criticaba la primera y El Zorro blandía magistralmente su espada en románticos combates contra la Tiranía del Capitán Monasterio, apoyando y siendo apoyado por los infortunados criollos.
      Es que aquellos rancios conservadores coloniales, comprendían algunos derechos humanos y libertades, aunque Walt, los olvidara durante el Macartismo.
      Recordamos vivamente el episodio donde el régimen indiano reprimía sin piedad a los vendedores ambulantes de la incipiente y españolísima “Los Angeles.
      Eran mestizos que se amontonaban en la Plaza Mayor de la mínima ciudad latina (antes de su usurpación por los Yanquees) quienes procuraban con la venta de sus tamales paliar la pobreza y el abandono que siempre padecen los habitantes de las colonias, en cualquier tiempo y bajo cualquier imperio.
      La milicada corrupta de Monasterio, célebremente representada por el Sargento García, aplicando los principios de la obediencia debida, desalojaba a los vendedores del espacio público despojándolos de sus mercancías y por tanto del único sustento para sus familias.
      Por supuesto, El Zorro intervenía y se acababa la cuestión.
      Es decir, los rancios De la Vega, no toleraban semejante atropello, porque intuían que esos vendedores ambulantes no afectaban sus privilegios de clase.
      Algo tan elemental, que en nuestra mente de niños, la acción militar del Sargento García – lacayo y genuflexo obediente de su Capitan-, quedaba atravesada de grotesca maldad.
      Vayamos al grano. Los otros días, en plena Av. Cabildo al 3300, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un actual Sargento García, acompañado de otra tropa del Gobierno de la Ciudad, cargó contra una joven (tal vez menor de edad) que vendía en la vía pública unas frutillas (CUATRO cajoncitos exactamente).
      Los personajes del GCBA, sin identificarse, reprendieron a la joven (después supimos que la humilde jovencita era boliviana) por vender en la vía pública y acto seguido le arrebataron sus cajones de frutilla para cargarlos en su camioneta blanca y amarilla.
      La imagen de atropello no podía ser más evocativa de la serie de nuestra infancia.
      La joven boliviana lloraba e imploraba que no le sacaran sus frutillas, pues no las había pagado y tenía que venderlas, sin cuyo producto su cadena ante el frutero se cortaría y con ello sus expectativas de alimentar a su familia.
      Tan lamentable fue la situación, que algunos transeúntes alzamos la voz, sumando angustia al llanto de la trabajadora ambulante.
      Ningún argumento sirvió ante los modernos GARCIAS, quienes balbuceando la letra de algún bando de su comandante, letras minúsculas aún para leguleyos municipales, con prisa y sin pausa, cargaron las deliciosas frutillas a su camioneta y se marcharon.
      No es dificil imaginar que algunas de aquellas deliciosas frutas de estación, estarán ahora en los intestinos de los esbirros, tan atestados por la misma materia que componen su cerebro y su corazón.
      Pero volvamos a Diego de la Vega, a Monasterio e inevitablemente a Mauricio, porque de los Garcías se pueden ocupar nuestros sociólogos o porque no, nuestros antropólogos, cuando analicen la opción electoral en la ciudad de Buenos Aires.
      El tarambana Jefe de Gobierno, millonario de origen, conservador por esencia, ni siquiera está a la altura de los De La Vega retratados por el nada progresista de Walt Disney.
      Es inferior a su destino acomodado y elige ser el Capitán Monasterio.
      En el imaginario macrista, las categorías del bien y del mal, aún las reconocidas por un macartista, son diferentes.
      En su horizonte de discernimiento se encuentra la xenofobia y el odio al pobre.
      No le alcanza con sus privilegios de clase sino que busca cimentar su poder en el consenso de las clases medias subalternas, esas mezclas de Garcías, que hacen la vista gorda ante las repugnancias de sus políticas o las apoyan con fruición en el altisimo porcentaje electoral obtenido.
Lo saliente de Mauricio, no radica en alguna efectividad de sus políticas, sino en la identificación que tienen ciertos conciudadanos sobre actitudes miserables como las protagonizadas con la vendedora de frutillas.
      De eso se tratan todas sus improntas.
      Ocuparse de los trapitos, de los manteros, de los limpiadores de vidrios o dedicarse a marear automovilistas con cambios de dirección en las calles.
      Cuando se trata de implementar políticas que hacen a la vivienda, seguridad, creación de empleo en la ciudad, etc., nuestro Capitán Monasterio está en babia, o lo que es peor, se dedica a endilgarle la culpa a otros.
      Durante la toma del Indoamericano, demostró que sus nociones sobre vivienda están circunscriptas a operaciones en escribanías.
      Todo lo que no se logra por escritura pública y pagos dinerarios son palabras extrañas para nuestro bon vivant.
      En materia de seguridad, su iniciativa fue crear “una policía de clase media según sus propias palabras (ni siquiera logra discernir lo políticamente correcto) y colocar como numen de la fuerza al nada fino de Palacios.

      Dotó a su novel escuadra de un par de patrulleros, y de la recordada pistola-picana, por suerte evitada por el tino de una jueza metropolitana y no por su propio criterio formado en la admiración por la policía de Camps .
      Pero la primera tarea en materia policial fue inaugurar su existencia con escuchas ilegales realizadas por Ciro James, lo que le valió el procesamiento, situación procesal con la que vuelve a asumir el Gobierno de la Reina del Plata.
      Pero veamos más. Otra faceta de nuestro Capitán Monasterio es el cobro de impuestos, el endeudamiento y la reducción de lo que él llama el gasto público y que otros denominamos inversión pública y/o social.
      Al igual que el personaje combatido por el Zorro, su obsesión es controlar los metros cuadrados construidos en azoteas, ampliaciones de vivienda, etc., con un mero interés recaudatorio, fiel alumno de Cavallo, los Chicago Boys entre otros noventistas.
      Pero a la hora de controlar las millonarias inversiones inmobiliarias desplegadas en la próspera actividad de la construcción, sin empacho nos dice que para eso no dispone de personal suficiente para controlarlas.
       Eso sí, para decomisar las frutillas de la joven vendedora, cuenta con el Sargento García y el Cabo Reyes, pero para evitar que se derrumbe un edificio con la gente adentro, o impedir la muerte de jóvenes en la tragedia del boliche de Palermo, o en el gimnasio de Urquiza, por citar algunos ejemplos, para eso, le falta personal.
       Y que decir del control de tránsito al que trata de domar con un insoportable sistema de Scoring, cuyo anglofonismo prologa la inmundicia del sistema.
       Las muertes en accidente de tránsito, ocurridas por graves trasgresiones, principalmente del servicio de autotransporte, dan cuenta que el sistema implementado existe para la gilada.
      Es evidente que las multas no se imponen a los colectivos que estacionan donde quieren, pasan semáforos etc..      Aún cuando estas infraccionen se labren, está claro que a las empresas no se las cobran con la misma severidad con las que se anuncian, porque nuestro Capitán Monasterio entiende muy bien el interés de los empresarios por aquello que “entre bueyes no hay cornadas.
      Si cualquier particular controlara en una esquina las infracciones cometidas por colectivos y colectiveros, la estimación de las multas que le corresponden transformarían en quebranto a las compañías de transportes.
      Pero nada de ello ocurre. Mauricio o Monasterio no vino a la ciudad para cumplir esa misión.
      Por el contrario su ascenso representa en la ciudad un retorno a lo peor de los noventa e intenta proyectarse como el mejor posicionado de la derecha para implantar a nivel nacional un retorno a aquella ideología desplegada en el último tramo del siglo XX. Cuenta para ello con un perfil imbatible.
      Lo que tal vez no cuente, es con el aval de la población de todo el territorio de La Argentina, que suele vivenciar en forma diferente a muchos de los porteños, las nociones del bien y del mal.
      Además gracias a las nuevas y renovadas miradas políticas, irrumpe un generación que elegirá distinto.
      Jóvenes que no entenderán que es un éxito un procedimiento de evacuación donde “SOLO MUERE UNA PERSONA.
      Una generación que evalúa diferente la vida y por tanto la muerte y el sufrimiento de sus vecinos.
      Muchachada que se interesa por debatir y no solamente por irse de vacaciones como intenta pasar la vida el Capitán MONASTERIO.
      Esos niños de los noventa que ingresan a la vida política y al interés de la comunidad, no elegirán convertirse en EL ZORRO, pero lo que es altamente probable, es que jamás opten por Mauricio, ni por tanta basura que gracias a esa democracia que aborrecen, pueden en cada período exhibirse en ofertas electorales que para nada favorecen a la pluralidad de ideas y mucho a la frivolidad.
      Si puede pensarse que hay una derecha que sea sana e inteligente, deberá otear otros horizontes y pensar que un proyecto de país es otra cosa que la entrega colonial y que la conducción del Estado es algo diferente a pergeñar slogans.
      Por lo demás, y aunque no fuera necesario decirlo, el pueblo argentino no quiere ver más persecuciones a vendedores ambulantes, porque no cree en ello su futuro y porque advierte que se trata de una actitud cobarde y repugnante.

*Dr. Hernán Jaureguiber, abogado laboralista
* Dra. Gloria Arnao Dellamea, médica

Fuente : Correo de amigos, de robertopaezgonzalez - 25/11/11