25 enero 2013

El interés no era servir a los lectores...

EL DIARIO EL PAIS DE ESPAÑA, O LOS PROBLEMAS DEL GATO MANCO

Carlos Malbrán, 25 de enero de 2013.

"No dejes que la realidad te estropee una buena noticia.”
Anónimo.

En España, los periodistas festejan su día el 24 de enero, que lo es también el del santo patrono de la profesión: San Francisco de Sales. En eso estaban ayer, los reporteros, corresponsales, editores, y hasta los cadetes de los diarios, dándose abrazos y besos entre ellos, felicitándose unos a otros y prometiéndose no traicionar jamás la ética ni los principios de este noble oficio de informar, cuando de pronto la escena se quedó congelada, perdió movimiento, se convirtió en una foto fija que los mostraba a todos atónitos. Unos con la copa del brindis a medio camino hacia su boca; otro con la vista chueca y fija en el escote de una secretaria de redacción; uno con la boca abierta, y otro en la mitad de una risa. Pasmados ante un acontecimiento que los inmovilizó por un instante y que aún pareciendo increíble, acababa de suceder.
El País, el diario que nacido seis meses después de la muerte de Franco, se convirtió en la voz de la democracia y con hacerlo ganó el primer lugar en la preferencia de los lectores. El de PRISA, el mayor grupo mediático de España, se había mandando una de las pifias más grandes de la historia del periodismo publicando en primera plana una supuesta foto del Presidente de Venezuela, en la que se lo veía casi agonizante y entubado en un hospital de La Habana, en donde hace semanas lucha entre la vida y la muerte, después de varias operaciones para tratar su cáncer.
El título era significativo: “EL SECRETO DE LA ENFERMEDAD DE CHÁVEZ”, y se difundía la fotografía informando que, “tomada hace unos días, muestra un momento del tratamiento médico en Cuba, según fuentes consultadas por este diario”.
Pero media hora después que la publicara en su página web, gracias a las redes sociales, el mundo entero supo que la foto era falsa. Pertenece un video que circula desde el año 2008 y no se trata de Hugo Chávez Frías, sino de otra persona. El escándalo no demoró en desatarse y tampoco la repulsa al diario español. Cristina Kirchner la calificó de canallada.
Precipitadamente, El País mandó sus camiones distribuidores a recoger la edición que ya estaba en la calle, pero ya era tarde, el mal estaba hecho. Lo que siguió fue una nueva edición con la primera plana reformada y algunas justificaciones y disculpas que sonaron huecas y torpes, seguidas de una promesa: la apertura de una investigación sobre “lo sucedido y los errores en la verificación de la fotografía”.
Previa a ninguna investigación, El País, cuenta al otro lado del charco con un defensor: Jorge Lanata que hoy publicó en Clarín: El secreto da a luz al morbo y ambos generan el rumor.”, con lo que intenta justificar el traspié, y agrega: “Ni el pueblo venezolano ni la opinión pública mundial saben cuál es la enfermedad de Chávez”. Cáncer Jorgito, cáncer, parece que todo el mundo, menos Jorge Lanata, saben cuál es la enfermedad del Presidente de Venezuela. ¿Será que él y el director de El País no leen diarios?
En su defensa Lanata suma: “De conocerse en realidad el estado de salud de Chávez, ¿la foto de marras hubiera tenido interés?”. Con lo que queda justificada “debidamente” la publicación de una mentira. Lo que no debe asombrarnos, porque a falta de catástrofes, crímenes o desastres, sembradores de desanimo y desestabilización, TN, una de la empresas del grupo para el que trabaja Lanata, el 11 de enero pasado, publicó  como actual, un crimen cometido en el Gran Buenos Aires, hace cinco años. Lo que a él no pareció molestarle, porque parece que lo importante es el objetivo desestabilizador y no la verdad.
Señor Javier Moreno, Director de El País: como a veces el bochorno obnubila, queremos orientarle en esa investigación, porque para comprender los errores cometidos, sólo hay que ir al propio Manual de Estilo de ese diario. Hermoso libro infaltable en la biblioteca de todos los amantes de esta profesión, que se estudia en todas las escuelas de comunicación y que ustedes parecen haber olvidado.
En él hay varias referencias a la necesidad de verificar la veracidad de una información a publicarse, y ahora analizaremos las razones por las cuales pasaron por alto este aspecto tan importante. Pero además el manual dice:
1.33. Las fotografías con imágenes desagradables sólo se publicarán cuando añadan información.
¿Qué fue lo que sucedió entonces? ¿Qué los llevó a cometer tan burdo error?
Señor Javier Moreno, habrá que recordar tres de los consejos que usted dio no hace mucho en una conferencia a un grupo de jóvenes estudiantes de periodismo:
1.-“Realizar un periodismo que se base en la verificación de los hechos, es decir, no practicar un periodismo que retuerza los datos hasta que se ajuste a las opiniones y a los prejuicios previos.
2.- Mantener siempre la independencia de los partidos políticos, de las instituciones, de las empresas.
3.-Tener como único interés servir a los lectores.
Evidentemente usted pasó por alto su primer consejo, porque por razones de intereses empresariales, tampoco es fiel al segundo y en consecuencia, el tercero, ha dejado de ser el cometido del periódico que dirige.
Hace ya mucho tiempo El País perdió su carácter de informador y se colocó al servicio de determinados intereses que lo llevaron a criticar al Comandante Ernesto Che Guevara y su tesis de la lucha armada, olvidando que aquel que es capaz de morir por sus ideas, merece al menos algún respeto. Cuando las empresas españolas en América fueron reclamadas por los gobiernos sobre pagos de impuestos o compromisos no cumplidos, El País no vaciló que convertirse en acérrimo crítico de esos gobiernos: Argentina, Brasil y sobre todo Venezuela se convirtieron en blancos de sus ataques.
No olvidamos los inmediatos aplausos de su diario a los golpistas venezolanos en abril de 2002, ni tampoco la justificación y apoyo que prestaron en editoriales al paro patronal ni la huelga de PDVSA. Estas y otras cosas definen claramente de qué lado se encuentra El País. Sin embargo, algo había sido cuidado hasta ahora: intentar no pasar los límites de la ética periodística.
¿Qué sucedió ahora?
Muy simple, sólo hay tres explicaciones para esta tremenda metedura de pata: una es que el odio que sienten ustedes por las causas populares, los lleva a convertir sus expresiones de deseos en imágenes de la realidad y así se acepta publicar esta foto, porque es lo más parecido a “la noticia deseada”, que en realidad sería: “Chávez agoniza”, o “Murió Chávez”.
La segunda, es lo que buen idioma español conocemos como “mala leche”, y la tercera, es que la cadena de errores que desembocaron en la publicación de la falsa imagen, sea consecuencia de torpeza o falta de inteligencia, pero como nos cuesta aceptar a un grupo de periodistas con 36 años de experiencia como torpes o faltos de inteligencia, nos quedamos con la idea de que se trató lisa y llanamente de mala leche.
En cualquier caso, no se preocupe usted; otrora, se hubiera quedado usted en la calle, pero hoy en un mundo tan desigual y por ello polarizado, los interesados en que usted siga mintiendo, lo mantendrán en su puesto. Quizá le den un regañito, más no para exigirle ética, sino pedirle que sea un poco más cuidadoso y no vuelva a sucederle al diario El País lo que al gato manco: no pudo tapar su cagada.

Carlos Malbrán, 25 de enero de 2013.
 

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