17 abril 2011

ECONOMÍA - TIEMPO ARGENTINO

LA ASAMBLEA DEL FMI Y EL BANCO MUNDIAL

Con doble discurso el Fondo busca legitimarse para imponer el ajuste

Publicado el 17 de Abril de 2011

La reunión en Washington sirvió de escenario para que el organismo, veladamente, vuelva sobre sus recetas ortodoxas. El plan de reducción del déficit presentado por Obama un día antes plantea otro escenario internacional.

La Asamblea conjunta del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial sesionó en Washington signada, indudablemente, por el anuncio del plan del ajuste  del gobierno de Obama que apunta a reducir en 4 billones de dólares el déficit presupuestario en un período de 12 años.


NUEVA AGENDA. En las deliberaciones participaron los ministros  de economía de los países miembros del G-20, entre ellos, Amado Boudou. Sin embargo los ejes del debate no fueron los que habían atravesado las últimas cumbres, cada vez más periódicas en tiempos de crisis, del afamado grupo de los 20 países más poderosos del planeta.
Hace poco menos de un año, en la reunión  que se realizó en la ciudad canadiense de Toronto, los participantes se habían alineado entre aquellos que propiciaban el ajuste como salida a la crisis financiera internacional (los países de la UE) por un lado, y aquellos que defendieron una política de estímulo para salir de la crisis, por el otro. Paradójicamente este segundo grupo, había sido encabezado por los Estados Unidos que, en sus intervenciones, sostuvo la necesidad de inyectar dinero para afrontar la recesión con una política expansiva.
Esa política, aplicada de hecho por el gobierno estadounidense, fue la que, a la postre, produciría la devaluación del dólar como resultado de la extrema liquidez. La inyección de dólares en el  mercado mundial (en rigor una vía de rescate para los bancos comprometidos con la crisis financiera), por ese motivo terminó resolviendo, de hecho, el debate de la cumbre posterior de Seúl, que se popularizó como la “guerra de monedas” consistente en el reclamo de los EE UU a China para que revalúe su moneda como parte de la disputa por el comercio internacional.
Nada de eso estuvo en discusión en la reciente Asamblea. El informe semestral del FMI  publicado pocos días antes y, por ese motivo, documento base de la discusión en Washington fija  el temario en otros términos. Concretamente, sostiene que uno de los principales problemas que debería afrontar la economía mundial es el incremento del precio de las materias primas que atribuye a “un vigoroso aumento de la demanda, sumado a shocks de la oferta”, haciendo caso omiso al proceso de especulación financiera desatado alrededor de los precios de los commodities alimentarios, luego de la pinchadura de la burbuja de los créditos hipotecarios. 
Este aumento de los precios de los alimentos, entrañaría, según el documento oficial, el peligro de ”sobrecalentamiento” de las economías emergentes. Por otro lado, según el informe, en los Estados Unidos “habría que esforzarse por reducir el déficit proyectado para el ejercicio 2011. Las medidas encaminadas a recortar el gasto discrecional constituyen un paso acertado.” además, continúa, “sería esencial tomar medidas más amplias como la reforma de tributación y la seguridad social”. Toda una definición.


SOBRE LLOVIDO MOJADO. Lo curioso del documento y de la política de los EE UU, es que se apela al recurso del ajuste en el momento en que se hace patente el fracaso de aquellos países que desenvolvieron esa política en su intento por salir del default.  Por caso, la agencia Moody’s el jueves bajó dos escalones en la calificación de solvencia a Irlanda. El mismo día, el gobierno griego definió un nuevo paquete de austeridad.


GATOPARDISMO. Otro rasgo curioso es que la reincidencia en el rumbo ajustador del FMI, fue cuidadosamente precedida por sorpresivas declaraciones de su presidente Dominique Strauss Kahn: “el Consenso de Washington está muerto”, disparó días atrás en tono llamativamente autocrítico.
Días después, sugeriría la posibilidad de aplicar medidas de control al flujo de capitales, deshechadas durante años en nombre del libre mercado. Durante la propia cumbre, el líder del Fondo tuvo la habilidad para, en un mismo discurso, señalar la necesidad de crear más empleo en el mundo y, a la vez, reclamar  una política de mayor austeridad en Europa: “Grecia se recuperará de la crisis, pero será doloroso”, remató.
El doble discurso del organismo persigue un objetivo claro: recuperar la legitimidad perdida para, desde ese lugar, impulsar sus políticas tradicionales.


ENFRIANDO. El escenario internacional tiene otro ingrediente que podría abonar a un cuadro recesivo. Los Bancos Centrales de Europa, China y hasta de algunos países de América del Sur han aumentado sus tasas de interés con el objetivo de contener la inflación por la vía de un enfriamiento de la economía, encareciendo el crédito productivo y afectando el empleo y el consumo.
Por otro lado se encarecen las deudas de los Estados y los créditos personales y familiares creando condiciones negativas para la solvencia de la economía en su conjunto.


MÁS ALLÁ DE LA SOJA. La delegación argentina en Washington fue con un objetivo claro que, además, consensuó con algunos de sus aliados emergentes: rechazar el tope en los precios internacionales de los alimentos sobre la base de refutar los argumentos del Banco Mundial acerca del supuesto impacto en la pobreza: “A  mayor demanda de alimentos se responde con más producción”, señaló el ministro Boudou. 
Esta posición, que podría ser entendida como una defensa corporativa de intereses, a la luz del escenario internacional, podría intepretarse también como la expresión concreta de una alternativa profundamentemene antagónica a la linea dura de enfríar la economía e imponer planes de austeridad que, según parece, el FMI quiere desplegar allí donde esté a su alcance.

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